viernes, 29 de agosto de 2008

NIDOS NECESARIOS




José Jiménez Lozano en su hermoso libro de poemas 'Elogios y celebraciones' acude a un mundo necesario como es el del pensamiento de lo cotidiano, por el que muchas veces pasamos y no nos detenemos. Y lo hace a través de unos poemas sencillos pero muy hondos en los que se abre ese frescor del pensamiento tan necesario. El mundo de los pájaros y el de las plantas posee en este poemario una decicación muy especial. Recojo tres muestras:

PÁJARO SOLITARIO
Cinco pájaros en el tejado.
Solitarios.
Luego dos, luego ninguno.
Hoy no hay meditación de pájaro
solitario en el tejado.
Sólo tejado solitario.
LA HUELLA
¡Oh Dios, un nido devastado
Por mano de hombre!
¡Qué huella tan clara
de razón práctica!
DESTRUCCIÓN
Un nido devastado, el mundo
ya no estará completo
nunca.

Y yo recojo aquí dos nidos. Dos nidos que a su vez debieron acoger a las crías de diferentes pájaros. El primer nido es urbano, hecho en un olmo y aún sin terminar. El segundo se encaja en un ciruelo silvestre en el campo y está rematado.
Un nido es la ventaja de un pequeña rama que se coloca amorosamente. Un nido es puro reciclaje, como un ganchillo de elementos superfluos como trapitos, algodones, flores de chopo, donde el fin es esa taza vegetal en el trípode de un árbol. Un nido es un avance chiquito y necesario. Un nido siempre es significante y semioculto. Un nido es lo que brota de un árbol con ganas de reír. Un nido, y el mundo empieza a estar más completo.



viernes, 22 de agosto de 2008

VERDE AMENAZADOR





Está claro que la primera foto no ofrece ninguna duda: una coliflor. De la segunda, si no estamos acostumbrados a ver el monte, puede que nuestro juicio sea el de simple paisaje de verde amenazador. ¿He dicho verde amenazador? Sí, lo has dicho. Ah, ya sé por qué lo dije. Volvamos a la segunda foto: si se la amplía mejor. El lugar corresponde a dos pequeñas aldeas del concejo de Noia: O Pereiro de Arriba y O Pereiro de Abaixo. Y la vegetación más cercana al pueblo, de tono algo más brillante y en forma de triángulo, no es otra cosa que un pequeño reducto de castaños, allí castiñeiros. El resto de vegetación es eucaliptos. Todo conforma una unidad verde, cierto, pero una unidad amenazante, pues a poco que se haya ido por la provincia de La Coruña verá como el eucalipto ha desplazado a toda la vegetación autóctona, sean robles, sean castaños, sean alcornoques. Sí, alcornoques también había en la sierra de Barbanza y así lo atestiguan escasos ejemplares bellísimos. Remedio para volver al origen, a la vegetación autóctona, escaso o nulo. Razón económica.
Cuando hice la foto, desde el paseo marítimo de Noia, hable con una señora de la zona, Teresa Corrales Abeijón. Le comenté mi sentimiento hacia aquellos castaños de enfrente, digamos, mi solidaridad con ese reducto. Ella me habló tendido y corto sobre cuándo vinieron los primeros eucaliptos y y de su rápido crecimiento. Aquello marcó cambio y ahí lo tenemos. Cuando hay incendios, el rápido eucalipto vuelve a tomar posiciones de cabeza inmediatamente. Hermosa bisera la de aquellos dos pueblecitos. Teresa me dijo que aquellos castaños, todos juntos parecían una coliflor. ¡Ya me hubiera gustado ver esa sierra como una coliflor completa si no fuera por el verde amenazador del eucalipto!

Dejo un hermoso tema del grupo argentino Bersuit que espero que nos haga recapacitar sobre todo lo que estamos haciendo a la madre Tierra.Cuidémosnos.