jueves, 6 de noviembre de 2008

Intacto



Quien dice que es amor cuerpo visible,
¡qué poco del amor perfecto sabe!
Que es el honesto amor llama süave
a los humanos ojos invisible.


La lengua del amor, a quien no sabe
lo que es el amor, ¡qué bárbara parece!;
pues como por instantes enmudece,
tiene pausas de música süave.

(De dos sonetos de Lope de Vega)

Tú lo querías. Te había estado mandando cartas a través de ese hombre fantasmal y voladizo. Tú las abrías. Eran bellas, estaban gobernadas por la prudencia las primeras; las últimas te flambeaban el rostro. Quisiste verlo. Tanta insistencia hizo que aquel hombre que te hacía las entregas te dijese: 'Calle de la Hiedra, donde el llamador del anillo'. Pasaron días y el hombre se te acercaba como cada mes y te entregaba en vuelo otra. Más fuego. Te acercaste a la puerta, esa mano, ese anillo, esos finos encajes sobre la muñeca. ¿Sería un hombre principal? La forma de agarrar esa bola que rompería ese instante para verlo. Tú ya sabías cantar, tú ya sabías de amor. Preferiste seguir y dejar aquel llamador intacto.

1 comentario:

mirada dijo...

Ante tu relato: Cuando sabes de amar, cuando sabes de cantar...
Bien es cierto que ni te alteras ante la duda. Porque no existe duda. Y ante los versos de Lope de Vega, ya todo está dicho. La fotografía es muy buena, el acabado de la puerta, la fortaleza de la misma, el gallardo tirador dorado,...
Miles de besos, bellísima interpretación de Mayte Martín, me deja temblando por dentro.