martes, 2 de diciembre de 2008

Poema y cante II



Pan

El haber entrado en la boca,
el haber roto la impaciencia de una mano
me ha correspondido hoy a mí,
entramado fijo de agua, sal,
trigo y calor. Sin añadir esa iglesia
abovedada que con su interior
de fuego ha elevado mi calma amasada.
Sin añadir, tampoco, la parte de tierra
que precipitó mi germen hacia julio.
Y sin, tampoco, el molino que convierte
el grano en satisfacción.
Sean, pues, añadidos y dados en todo
su valor, sin olvidar jamás
esas manos sin etiquetar,
justas para mi más azarosa forma.


Sin alejarme del pan quiero traer unos tientos aquí. Los tientos son un cante flamenco de igual compás que el tango, pero de ritmo muy lento. Los tercios se alargan y el compás se ralentiza. Es un cante bailable, con letras que suelen ser patéticas, sentimentales y sentenciosas. Pulcros estos tientos y hermosamente ejecutados. Digamos que son como unos tangos parados. Y dentro de las tres partes del cante de los tientos que presento al final, extraigo la segunda:

Y en el molino cobarde
y que en vez de moler el trigo
están moliendo el hambre.

Tres versos contundentes que reflejaron una parte de la historia de nuestro país en la posguerra. Disfruten de todo.