miércoles, 18 de marzo de 2009

Luciana



Luciana empezó a estornudar, así, con ese ton que conlleva al son de la moquera. Las salvas estornutorias le venían siempre que Inés limpiaba el polvo de la casa. Ahhhhchisttt. Ines se planteó momificar al polvo y no elevarlo a los altares de la atmósfera, pero no iba con ella. En su profesión de grabadora reinaba la asepsia, el polvo era el mayor enemigo para un buen grabador. Ahhhhchisst. Luciana, deberíamos hacerte las pruebas de la alergia a ver qué dan.

Buenas tardes. Buenas tardes, ustedes dirán. Mire, creo que la niña tiene alergia al polvo, o a los ácaros o a qué sé yo. El caso es que estornuda siempre que limpio el polvo en casa y es que mi relación con el polvo es de una hostilidad absoluta, no puedo con él, no lo soporto. El doctor le hace una línea de siete picaduras con una ligereza indolora. En una de ellas marca una cruz, justo en la que vierte la gota del alergeno del polvo. En el resto de picaduras va el olivo, las gramíneas, el pelo, los ácaros, las arizónicas y la saliva de perro. No pasó ni un minuto cuando la única picadura que aventajó al resto en una proporción volcánica fue la de la cruz. Un volcancito que subía es lo que estaba viendo Luciana brotar, crecer sin cesar. Esperaba una erupción en cualquier momento.

Luciana en seco y en caliente brasa dijo a ambos: ¡Pero si soy alérgica a Dios!

A partir de ese momento el alergólogo, para no alborotarse en sus creencias, decidió cambiar la cruz por el punto en la señal.





Este relato se lo agradezco a Inés González y a su hija Luciana, la niña que está en la tira de fotos.

6 comentarios:

ybris dijo...

Tenía que haber probado también con polvo de ajos. A lo mejor le pasaba como a Drácula.
Lo de Luciana es frecuente aunque pocos lo reconocen tan claramente como ella.

Abrazos.

Caminante dijo...

Es estupendo el relato de "esa" experiencia.
Te dejé otro comentario en el otro blog. Texto de 3/7/2008.
Besos a ambos -en la confianza que me da el que esté aquí ybris.
PAQUITA

manolotel dijo...

Donde menos se espera... Que en cierto modo sería esperable, sobre todo teniendo en cuenta aquello que dicen de "el don de la ubicuidad" :-)

Creo que me voy a hacer esa prueba también, porque, con esto de las próximas campañas cofradieras, me estoy viendo rodeado de cruces por todos lados.

Me ha parecido un relato delicioso.

Un abrazo.

Shandy dijo...

Luciana es un nombre que anuncia la claridad de la niña. Y con respecto al alergólogo, sabía decisión: un punto y adios alergia a Dios.

Un beso gramíneo por este relato... Si no eres alérgico

Ventana indiscreta dijo...

'decidió cambiar la cruz por el punto en la señal.'

Me gusta el relato por su frescura, por el ingenio de Luciana, por su realismo, por su magia. Pero sobre todo, por ese final que le pusiste. Si hubieras continuado: 'en la señal de la santa Cruz.' lo mismo nos tendríamos que haber santiguado antes de ir al alergólogo. Pero no, alergia a lo necesario.

Besos sin más.

JCG dijo...

que curioso reencontrame con las fotos de Luciana, fotos que le hice en 1991, quizá. Luciana a quien cuidé de pequeña, a quien le hice un carrito de madera para llevar a su muñeca,fundando el afecto en los primeros años de la emigración.