jueves, 12 de marzo de 2009

Termitas agnósticas/termitas católicas

Verse en la cabeza de un niño es verse lleno de posibilidades.

Ruta diaria de casa al colegio. Coche para arriba, coche para abajo. Montan los niños y yo veo dos cucarachas pintadas en un papel prendido en un limpiaparabrisas. Lo cojo y lo leo rápidamente. Empresa de desinsectación. Toma Luis, mira que bichos. Y Luis, sin haber circulado doscientos metros, me dice, papá, qué son las tesmitas. ¿Pondrá termitas? Sí, sí, termitas. ¿Y qué son? Mira, son como unas pequeñas hormigas que se comen la madera. ¿Y se pueden comer nuestros muebles de casa? No, Luis, normalmente acuden a casas viejas y sobre todo a las iglesias, a los retablos, ¿sabes lo que es un retablo?, lo que estuvieron restaurando en el pueblo, detras de donde se pone el cura. ¿Y las termitas saben si el cura está dando la misa? (Dar la misa, Luis ha captado esa expresión de cuando era pequeño y sus tíos lo llevaban a la misa el día de la fiesta, allá por agosto.)¿Y éso, Luis, para qué lo querrían saber? Pues para que no les molesten mientras comen la madera.

Os lo dejo así, amig@s, tal como sucedió el grato viaje hacia el colegio. No os voy a enredar sobre quién ha sido más termita si los que dan la misa o el insecto real. Y no digo nada sobre los que dan la misa lo que han importunado a la hora de comer. He dicho que no decía nada, vale, os dejo con Serrat y Ginesa Ortega en un buen encuentro con los macarras de la moral.



Los Macarras De La Moral
Sin prisa pero sin pausa,
como el "calabobos"
desde las mas tierna infancia
preparan el cebo
"Si no te comes la sopa
te llevará el coco"
"Los tocamientos impuros
te dejaran ciego..."

Y te acosan por la vida
azuzando el miedo,
pecando en el río turbio
del pecado y la virtud
vendiendo gato por liebre
a costa de un credo
que fabrica platos rotos
que acabas pagando tú.

Son la salsa
de la farsa.
el meollo,
de un mal rollo.
La mecha
de la sospecha.
la llama
de la jindama

son el alma
de la alarma.
del recelo
y del canguelo.
los chulapos
del gazapo.

Lo macarras
de la moral.

Anunciando el apocalipsis
van de salvadores
y se les dejas te pierden
infaliblemente.
Manipulan nuestro sueños
y nuestros temores
sabedores de que el miedo
nunca es inocente.

Hay que seguirlas a ciegas
y serles devoto
creerles a pies juntillas
y darles de la razón
que: "el que no se quede quieto
no sale en la foto"
"Quien se sale del rebaño,
destierro y excomunión"

Son la salsa...

Sin prisa pero sin pausa
esos carcamales
organizan sus cruzadas
contra el hombre libre
mas o menos responsable
de todos los males
piensan que por su cuenta,
sueñan y lo dicen.

Si no fueran tan temibles
nos darían risa
si no fueran tan dañinos
nos darían lastima
porque como los fantasmas,
sin pausa y sin prisa.
no son nada si se les quita la sábana.

Son la salsa...

5 comentarios:

Amparito dijo...

Como me he reido con vuestras "tesmitas" agnósticas. Esas si que saben difrutar de una comida sin esperar bendición

Y la canción de Serrat también muy buena.
Antes no nos dejaban comer antes de misa y la canción que se oía eran los ruidos de nuestras tripas... Nuestros hijos no lo conocerán (afortunadamente, pieso)

Besos castos y puros, como manda la santa iglesia

Shandy dijo...

jeje, que niño más listo es Luis. Te ha rebasado y la misa la ha dado por DaDá jaja..
Que razón tiene Serrat: Macarras de la moral!
Hace tiempo escribi un relato con un personaje al que nombre como "El Tourón". Era éste un cura entrenador de un equipo de fútbol de Chavales de barrio. El Tourón les miraba amenazante a los ojos Y les preguntaba "¿Qué ya te la has mene...?" Para los chavalillos era un terror, porque no había peor castigo que aquel con el que los martirizaba el Tourón en caso de sospecha: quedarse en el banquillo. Esto junto con lo de quedarse ciego y calvo eran los demonios adolescentes. Hasta que uno de los protagonistas observó que los únicos calvos y miopes en el internado eran algunos curas. Desde entonces no dejo de soñar con las cereixas lourales que Carolina llevaba bajo la camisola blanca.
Para las chicas, era... no sé si decir peor. Porque su sexo era más interior, algo que no estaba a la vista... Cuántas telarañas hubo que limpiar. Hay mujeres que no las quitaron nunca.
No digo todos porque los absolutos no existen. Pero muchos miembros de la Iglesia y la propia institución son culpàbles...
Tiene tela: macarras de la moral.

ybris dijo...

Para mí que las termitas son ciegas.
Los que tienen vista de lince son los niños.

Abrazos.

Ventana indiscreta dijo...

Vengo siguiendo tu blog desde hace un tiempo y me merece un gran respeto por su heterogeneidad y por el mimo con que está concebido. Admito que los niños a veces desesperan pero satisfacen otras muchas. El tema que hoy has tocado -el que dejas entrever- me da en la llaga porque mi renuncia a la religión es total. Han venido usurpando a las personas hasta extremos insostenibles.

Un beso.

Ventana indiscreta dijo...

La encina, vamos, todos los 'quercus' en general, constituye uno de mis árboles favoritos. La acuarela es levísima, anieblada. No sé, me gusta. Y respecto a los blogs que propones ya los conozco y sé que merecen mucho la pena.

Besos.