martes, 18 de agosto de 2009

Domingo





Llega uno desde Castellón a Puertomingalvo y ya advierte la sensatez de un pueblo bien instalado. Tiene un hermoso castillo y unas hermosas vistas hacia Penyagolosa. Un pueblo acogedor en el que una rehabilitación bien llevada lo ha conducido a una hermosa identidad fuera del desastre y la herrumbre que predominan hoy en muchos pueblos castellanos. El olvido y la decadencia para mí son muy difíciles de digerir. Entrar en Puertomingalvo por la muralla y pasar por debajo del arco ya constituye una experiencia lúcida y hermosa. Una pequeña cuesta te lleva hacia el arco. El día que entraba junto a mis hijos sobrepase a un hombre, Domingo, que también se dirigía hacia el interior del pueblo. Me paré a su altura como quien intuye una nueva palabra. Dicho y hecho. 'Esta cuesta hincha.' No es que conozca todas las acepciones de 'hinchar' y hoy que las he mirado veo que la expresión de Domingo en la que más encaja es en la cuarta acepción. Pero yo, como tonto y que bien lo había entendido le pregunté: ¿Qué quiere decir con que 'hincha'? 'Pues éso, que hincha.' ¡Toma ya!, bien contestado. Pienso y le doy vueltas. Ya sé que me quiso decir que la cuesta era jodida y que cansaba subirla a sus noventa y dos años, edad que me reveló tras su reiterada respuesta a mis ganas de aclaración. Desde luego no quise yo hincharle más, tan sólo le solicité una foto que nos negó. Pero Sofía, descarada y audaz, mientras se detenía en un puesto de una feria medieval, se las hizo. De haberse dado cuenta seguro que se le hubiesen hinchado.

5 comentarios:

ybris dijo...

Domingo tiene mucha razón con las cuestas que nos desbordan con los años.
Yo sé de un montón de situaciones que hinchan tanto o más que las cuestas.
Quizás porque no son tan inevitables como ellas.
De todos modos, cuántos quisieran poder mencionar cosas que hinchen a los 92 años, ¿no?

Un abrazo.

Caminante dijo...

Los señores mayores -la mayoría de ellos- están encantados cuando alguien les da palique. Al principio reacios, comienzan a tirar de recuerdos y luego cuesta -como las cuestas- cortar la amena conversación. ¡Qué de cosas pueden
enseñarnos! y que de no ser así pasarán al olvido ¡cuantas cosas!
Te vi ¿donde te vi? ya no me acuerdo, cosas de la edad. Besos. PAQUITA

Shandy dijo...

Oye, pues leí bien , es decir, "Hincha". Y además de venirseme la cuesta encima como una ola se me traslado una "C" a la mudita:Chincha.
Pero que le quiten lo bailao a Domingo, que aún se le ve apañao.
Por cierto, vaya par de topónimos más chulos.
Un beso

Tinta de aterrizaje dijo...

Esa escucha lenta que nos traes aquí merece ser bien recibida. Un pequeño rescate del que disfrutar.

virgi dijo...

Me ha encantado imaginar ese paseo, pasando el arco, charlando con Domingo, recorriendo ese pueblo antiguo, con murallas. Subes el repecho acompañado por la sabiduría, sí.