miércoles, 25 de noviembre de 2009

Casa de la palabra

Tiramos dado y vamos a otra casa-museo: Museo de la Palabra.

En la localidad toledana de QUERO esta esa imponente casa-museo. Hurguen en la página y verán que casa más bella. Y no es que yo haya ido aún a ese lugar pero la lectura ocasional de un breve artículo en el periódico me ha llevado ahí. Pero ahora no me interesa la casa sino el relato ganador del I Concurso Internacional de Microrrelatos “Museo de la Palabra” de la Fundación César Egido Serrano. Y no me interesan tampoco los 7000 euros del premio. Las noticias son tan pobres y tan ceñidas al aspecto anecdótico de lo que Soledad Uranga va a cobrar por cada una de las dieciocho que consta el relato que olvidan el valor literario o el rumor que atraviesa una obra, aunque sea pequeña.

El hermoso y sensacional relato es éste:

"Hace días que llueve a cántaros. Y la gata se comió el último grillo que nos mantenía despiertos."

Puede que Soledad Uranga se acordase de Gabriel García Márquez y de los cuatro años continuados de lluvia en el Macondo de Cien Años de Soledad, o puede que se acordase del dinosaurio del genial Augusto Monterroso, o puede que le viniese a la memoria alguna otra situación, o puede que se le ocurriese así, sin más.
Pero ahora el relato es nuestro, amig@s. Y podemos interpretarlo como queramos. Yo me decanto por una derrota a la esperanza de algo. Lo cierto es que desde que lo leí no me quedó más remedio que copiarlo. Lo hice en el móvil, registrado como mensaje que me hubiera llegado. Como si fuese un sms. Y creedme que me ha estado rondando. Pensé en la dictadura argentina, la que ya pasó, pensé en una familia en paro, pensé en una relación amorosa estancada, pensé.
Ahora decidid, si os quedáis con los siete mil euros o con el relato.




Carlos Fava

Scrivo

Scrivo adagio adagio, scrivo con disagio,
in continua attesa di una luce accesa.
Scrivo delle idee, qualche informazione,
uso un po' di arte e un po' di imitazione.
Scrivo bambini, scrivo assassini
scrivo mestiere, scrivo finalmente amore,
scrivo in emergenza, privo di prudenza,
scrivo incuriosito dalla tua coscienza.

Scrivo e sto invecchiando ma mi sento bene
scrivo dondolando nell'ispirazione
scrivo a quattro mani, scrivo solo in coppia
scrivo col pensiero e tutto, tutto, si raddoppia.

Scrivo scrivo scrivo
che la vita è imperfetta per più di un motivo,
scrivo scrivo scrivo
che la vita è bellissima per più di un motivo.

Scrivo con due dita, scrivo finché dura
scrivo la tua faccia che aspettava la paura.
Scrivo e non ci credo a tutto quel che vedo
scrivo del mistero che è invece tutto vero.
Scrivo per scoprire, scrivo per fermare
scrivo e le parole vanno a farsi benedire.
Scrivo quel che sono, scrivo l'abbandono,
scrivo e poi risorgo col vestito buono.

Scrivo risucchiando tutto l'alfabeto
scrivo e mi ripeto mi ripeto e mi ripeto.
Scrivo bambino, scrivo ballerino
scrivo del destino, scrivo, scrivo Giovannino.

Scrivo scrivo scrivo
che la vita è imperfetta per più di un motivo,
scrivo scrivo scrivo
che la vita è bellissima per più di un motivo.
Scrivo scrivo scrivo
che la vita è imperfetta per più di un motivo,
scrivo scrivo scrivo
che la vita è bellissima per più di un motivo.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Manuel,
Qué lindo lo que escribís, más allá del valor literario de mi microrrelato. Pero coincido en que se hace demasiado hincapié en el valor monetario. Y no es eso lo más importante.
Ni García Márquez ni Monterroso, pero muy interesantes tus observaciones.
Sólo una corrección. La versión correcta es "Hace días que llueve a cántaros. Y la gata se comió el último grillo que nos mantenía despiertos.
Saludos,
Soledad Uranga

Tempero dijo...

Gran sorpresa y corregido.

Saludos, Soledad. ¡Qué grande es el mundo! (Y pequeño).

Isolda Wagner dijo...

Hermoso artículo. Chapeau.
Besos tornasolados.

Anónimo dijo...

Muchas gracias Manuel. Te seguiré leyendo.
Saludos,
Sole

Tempero dijo...

Sole, cuando pase esta entrada, o cuando pase el tiempo déjanos entrever cómo te surgió el micro. Así soy de curioso. O somos. Es como si tuviera incógnitas.

Saludos.

Tempero dijo...

Islasola: hay ciertos escarabajos (no grillos) cuyos tornasoles en el caparazón son envidiables. Y puestos hablar de hermosura y, sabedora de que me gustan los vinos, prefiero un Chateau aun chapeau.
Hoy te has quedado escasa, aunque supongo que hermosa.

Besos.

Tinta de aterrizaje dijo...

Evidentemente había más grillos en un inicio.
Evidentemente era necesario mantenerse despierto.
Evidentemente no hacía falta tanta lluvia.
¿De no haber llovido...?

Caminante dijo...

El micro... es susceptible de bastantes lecturas eegún queramos ver metáfora sobre metáfora... lo que imaginarse quiera.

A mí me ha llamado más la atención la canción scrivo scrivo scrivo ¿lo habré escrito bien? y sí, escribimos para contarnos las cosas... escribimos...
Más... que el primer comentario haya salido de la autora ¡qué éxito el tuyo!

Buena noche: PAQUITA

Shandy dijo...

Dice el bonaerense Andrés Neuman que "El microcuento necesita lectores valientes, es decir, que soporten lo incompleto. Y que "Cuanto más breve parezca, más lento ha de leerse".
Este micro admite múltiples interpretaciones. Cada una de las oraciones encierra una metáfora y en su conjunto llevan al lector a asociarlo a un fracaso personal o social.
Me parece intesamente lírico y me conmueve e impacta por la tristeza que expresa. Yo también lo entiendo como el fracaso de una esperanza.
Felicitaciones a Soledad Uranga.Y gracias a ti por dejarlo en tú página.
Ah, el micro ahora es patrimonio de la humanidad. Los euros son de la autora y que los disfrute bien!
Y paso a visitar ese Museo de la palabra.

Amparito dijo...

Pues a mi me parecía que necesitaban el grillo para mantenerse vivos. Vivos de verdad ante tanta soledad acompañada. Sentirse vivos aunque fuera por escuchar el canto de un grillo...
Como yo misma esta noche que he tenido la fortuna de escuchar la conversación, dulce y musical, de dos pajarillos...
Auque yo nunca he oido a un grillo cantar mientras llueve...
Otro misterio más para el relato de Soledad (muy propio el nombre para el relato)

Besos con trinos y grillos

Amando Carabias dijo...

Pobres grillos que no pudieron enterrar al último de los suyos.

Magnífico todo. Iré a ver el museo de la palabra.

JosepMª dijo...

El microrrelato de Soledad Uranga tiene enjundia.
y varios horizontes
concentrados...


_En el principio era laPalabra_
Juan(cap.1,vers.1)
Escribir.
Leer.
Hablar.
Escuchar.

Hay (raros) sujet@s que leen
y escuchan.
Autoridades competentes
se preguntan:
-¿Y si fuera un virus?
-¡A vacunarlos!

No os rindais...

Isolda Wagner dijo...

El Quitapenas ha tenido un éxito rotundo. Gracias y marchando un Chateau (cual?)
Besos de sitar

Angéline dijo...

A mí me suena a oportunidad perdida. Como cuando llegas a una carretera desierta y pasa de largo el único coche que la transitará durante el día. Y más que mirar la estela de polvo que deja al alejarse, el relato de Soledad Uranga me lleva a observar, casi de forma hipnótica, el rostro de esa persona solitaria mirando a la lejanía. Como si fueran aliados, la soledad y el infortunio. Qué bueno lo del sms. Y el post. Un saludo.