martes, 29 de diciembre de 2009

El fulgor en una palabra: sanguaza/sajar




Treinta y uno, campanadas y uvas. Pues no: aceitunas y palabras. Y, además, la grata sensación de traeros un par de palabras -una de ellas desconocida para mí- relacionadas con el buen hacer en la cura de las aceitunas. Porque comerlas así, tal y como están en las fotos, es un riesgo hacia lo amargo, un severo riesgo, corrijo. En la Alcarria le dicen al proceso de ablandado de aceitunas curarlas. Pero no es ésa la palabra que me proporcionó mi amigo Gabriel Pasero al paso de unos vinos junto al delicioso aperitivo de una aceitunas curadas por él. 'Un mes cambiándolas el agua, nada de sosa, quitándolas todos los días la sanguaza. Claro que antes tuve que sajarlas para que el agua las ablande. Y al final el aliño con romero, tomillo, ajo y laurel.'
No sólo las palabras que no conocemos y que nos asaltan y que se están dejando de usar en esta época tan electrónica son las que me emocionan/asombran. Las actitudes y trabajos relacionadas con ellas también me producen igual satisfacción.
Pero para las pérdidas, suficiente os dejo con el XLIII de Proverbios y cantares de Antonio Machado:


Dices que nada se pierde
y acaso dices verdad;
pero todo lo perdemos
y todo nos perderá.



Que los años nos traigan todas las palabras posibles, remotas, escondidas, pero siempre llenas de fulgor.








Proverbios y cantares
Antonio Machado

Dices que nada se pierde
y acaso dices verdad,
pero todos lo perdemos
y todo nos perderá.

Es el mejor de los buenos
quien sabe que en esta vida
todo es cuestión de medida:
un poco más, algo menos...

¿Dices que nada se crea?
No te importe, con el barro
de la tierra, haz una copa
para que beba tu hermano.

¿Dices que nada se crea?
Alfarero, a tus cacharros.
Haz tu copa y no te importe
si no puedes hacer barro.

Cuatro cosas tiene el hombre
que no sirven en la mar:
ancla, gobernalle y remos,
y miedo de naufragar.

14 comentarios:

Caminante dijo...

quitándolas todos los días la sanguaza (...)

ignoraba el término sanguaza

mi madre hacía lo "propio" con los altramuces... cambiarlos el agua todos los días para que perdieran el amargor.
Besos: PAQUITA

alicia dijo...

Hay palabras como estas que nos regalas que parecen nacer en las mismas manos pacientes que ablandan el corazón de las aceitunas. Que no se pierdan...! Son tan bellas como la tarea que nombran. Este año cambio uvas por olivillas, campanadas por golpes de almirez.
Besos con sanguaza

Amando Carabias dijo...

Bueno, quitemos a todos los días la sanguaza que nos trajeron o la que nos traigan. Sajemos la mala saña en que se envuelvan y aderezémoslos con ese aliño tan san sano y perfumado: romero, tomillo, ajo y laurel...
Y hagamos un cuadernillo con estas palabras, para que nuestros hijos y nuestros nietos (si es que llegamos a conocerlos) sepan que una vez en este planeta, para comer aceitunas, o altramuces, había que quitarles la sanguaza, despés de haberlas sajado...

Isolda Wagner dijo...

Tu satisfacción es nuestra. Es apasionante descubrir palabras nuevas involucradas con esas aceitunas tan preciosas que nos ofreces. Si casi parecen ciruelas, qué colorido! son tentadoras...pero habrá que quitarles día a día la sanguaza.
Vengo de otro sitio donde hoy se ha citado a Machado, ¿dónde no? si es el poeta de la tierra.

http://lacomunidad.elpais.com/aarias/2009/12/29/miopia-infantil-francisco-arias-solis

Gracias por el cante y besos fulgurantes, como tus palabras.

mirada dijo...

Nunca tuve en mis manos una oliva recién sacada del árbol, ...
Me puse a buscar información, como sabes, la curiosidad siempre me ha llevado a enlazar todo tipo de documentación, gracias a los buscadores en internet es mucho más rápido en la actualidad.
Pues bien, ¿el jugo de la oliva es del color de la sangre acuosa?

Me ha gustado mucho esta felicitación, todos estos regalos que suman a los que desde que estás aquí nos regalas. Muchísimas gracias por ello y por tu ser así tan especial. Por enriquecer nuestra persona llenando de belleza huequitos que tenemos dentro.

Gracias por todo el bien que personalmente me has hecho en este año 2009, deseo que en el año 2010 se cumplan tus anhelos y que siga la vida...

Muchos besos y abrazos para los cuatro, os quiere,

Guada

Shandy dijo...

Hay que ver como canta el sonido de las palabras y su propia grafía. Es que pronuncias "Sanguaza" y parece que la boca se te llena de un sabor denso y acedo,¡aagg!. Y esa "J" de "sajar" en el medio, tal parece un alfange o una navaja o un tajo que abre la palabra a la mitad.

En cuanto a las imagenes de las aceitunas, si no avisas de su amargor, yo me cogería un puñado, son tan vistosas y coloristas que parecen golosinas. Y la última se me ofrecen como ciruelas.Engañosa que es la vista!
Y te invito a que leas mi entrada de "La palabra entre la niebla", porque también es el deseo de la Shandy que las palabras nos sean propicias. Y tú, que las sigas trayendo aquí.
Recibe el año con los mejores líquidos, aceite y vino.
Besos de ambos.

JosepMª dijo...

Hermosa serie de fotografías:
Olivas.
Todos los matices de verdes y morados.
No hay,para mí, perla (negra) que se le iguale.

Cuando aún podíamos encender fuego en el campo, las comíamos asadas sobre las brasas; con tomates, cebollas, ajos, botifarra de arroz, pan en clotxa*, y un genoroso chorro de aceite.

(*)
http://4.bp.blogspot.com/_4OaR8XFIWDs/SXeFv8xvRxI/AAAAAAAAEN0/7vb5zYMYveA/s400/la+clotxa.jpg


Aceitunas y palabras.
Parlamento viene de parlamentar:
Hablar.
Decir palabras
limpias,
sin soberbia,
sin odio,
sin pistolas.

Lo jodido es que,
en el Parlamento,
las minorías siempre pierden.

En la Guerra, también.

Que las palabras
y las voluntades
consigan
igualdad
libertad
y paz.

Pedro Delgado dijo...

No sé que me gusta más si las soleares de Calixto o las fotos de las aceitunas. Las de las últimas fotos están en su punto para sajarlas y meterlas en agua para su curación. En mi pueblo disponemos de una especie de bandeja de madrea con agujeros de diferentes tamaños con cuchillas incrustadas para sajar las aceitunas cuando pasan a través de ellos.

Hay otra forma de curar las aceitunas. Macharlas o machacarlas con un mazo de madera sin llegar a partir el hueso; pero para esto es mejor que estén aún verdes y que no sean de variedades finas o para comer sino de las destinadas al molino. Una vez machadas se introducen en agua durante un par de semanas para, una vez curadas aliñarlas con ajo, laurel y pimientos rojos. Su tiempo son los últimos días de septiembre o primeros de octubre y por aquí decimos "acitunas machás"

Bueno que yo sólo quería desearte un feliz y flamenco año 2.010 y me he enrollado un poco.

Flamenco Rojo dijo...

Que tengas un buen año 2010.

Un abrazo.

Tempero dijo...

Paquita:

Muchas veces lo común está en 'lo propio'. ¿Por qué lo entrecomillas?
Oye, que yo también ignoraba en término. No veas cómo se me despiertan los sentidos cuando un término ignorado se vuelca en mis oídos.

Besos desde el 1.

Tempero dijo...

Alicia:

¿Qué tal fueron esos golpes de almirez?
A mí me faltó la botella de anís. El cuchillo sí lo tenía.
Eran otros tiempos los de la botella de anís, otros cantos, otras navidades. Para mí mejores.

Besos desde el mismo uno.

Tempero dijo...

Amando: No sé, si nos tuvieran que quitar a los humanos el agua donde permaneciésemos ablandándonos qué espesor tendría. ¿Y qué denominación tendría?

Abrazos donde el uno aún silencia estas horas.

Amando Carabias dijo...

Como la nubosidad, espesor variable. ¿Nombre dices...? Pozo de la saña

Tempero dijo...

“Los ojos por que suspiras
sábelo bien
los ojos en que te miras
son ojos porque te ven.”

Antonio Machado

Ojos verdes,
verdes como,
la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y el verde, verde limón
Ojos verdes, verdes
con brillo de faca
que se han clavaito en mi corazón
Pa mí ya no hay soles,
lucero, ni luna,
No hay más que unos ojos que mi vida son.
Ojos verdes, verdes como
la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y el verde, verde limón.

Muchas cosas se dicen de los ojos. También pueden ser del color de las aceitunas, ¿no?

Te dejo algo sobre los ojos verdes, a modo de bolero:

escucha este bolero de ojos verdes

Besos desde el uno inquieto.