jueves, 17 de diciembre de 2009

Laicismo

"Un frío afilado quizá en los días precedentes. Un viento estancado de gato blanco que persigue su cola."
Alicia (Su cuaderno, aquí)



Laicismo

Habrá de ser la nieve el primer templo
de la mañana al que yo asista. Mi laicismo
me lleva a creer en un dios blanco,
mantenido a base de silencio y siendo
sus formas las del dispendio absoluto
de la luz. A ese dios sí le comulgo
todo lo que nutre, Él sí deja espacios
en blanco, ésos sobre los que miras
con el afecto desbordado de la infancia.
Y es por lo que afirmo de este dios
su portento para prolongarnos. Cae la nieve
y, tras el vaciado de sonido consigo,
logramos ver lo elemental de la tierra,
su efervescente igualdad, quietud. Luego
habrá de recibirse la incógnita de cada
huella, nuevo preludio de la imprescindible vida.




7 comentarios:

alicia dijo...

Qué honor, tempero! Aparecer por este valle como una huella en la nieve. El poema, maravilloso. Me uno a tu laicismo y me refugio en el templo blanco.
Gracias por regalar tu talento en cada entrada y comentario. Abrazos

Caminante dijo...

Yo... a lo mío...

AUTOBOMBO 2:
* diciembre 18, 2009. Pico Almanzor (2592m) J.O. Gredos: 1/5/2005
(Texto confeccionado -por mí- en su día y recuperado ahora. Las fotos son de Félix, Javier y Josele. Si las clicais... crecen. PAQUITA)

Son las siete cuando comenzamos a andar, vamos bien de tiempo. Los principios cuestan, al menos (...)

Porque no quiero que se te/os pase desapercibida mi crónica ... a mí me gusta. PAQUITA

JosepMª dijo...

Me gustaría hacer un muñeco de nieve, pero es muy fría...

Isolda Wagner dijo...

Tus entradas generalmente, me hacen sentir y pensar, pero me resulta muy difícil comentarlas.
Eso sí, son hermosas.
Besos blancos como la nieve.

Tinta de aterrizaje dijo...

Reconozco que es difícil sustraerse al guiño de la nieve.
Igual sustracción, andar sobre ella, oírla graciosamente gemir.
Y tu poema, verdadero reclamo para llevarle consigo.

Caminante dijo...

SU PASO FUE FUGAZ POR GETAFE.
No consiguió sobrevivir a lo largo del día. Con todo, la sensación que propició en todos, o casi, fue de serenidad... alegría.
Es en los momentos en que la naturaleza nos demuestra algo de su poderío cuando vemos, volvemos a ver, lo nada que somos, al menos poco.
Besos: PAQUITA
NOS VEMOS mañana... supongo

virgi dijo...

Muy bello, hermoso, Tempero.
En ese templo también me gustaría recogerme.

Un abrazo