lunes, 21 de diciembre de 2009

que la oliva cogida del árbol cargadísimo



Uno, que es agricultor a tiempo parcial, ve estos campos de trigo que en su día vio y siente lo mismo: gente que se sabe en la tierra, que la cultiva con mimo, que lucha en ella. Uno se olvida de que existen las grandes producciones por unos instantes. Son producciones no ya sostenibles sino que se mantienen en un hilo y apenas dan de comer. Eso sí, se cuenta con la estética y el paisaje. A mí sí me interesa la estética y el paisaje; creo que a los pintores también.



A cambio, la agresión y la usura para con la tierra apenas existe. Es más, de haber un grave desabastecimiento a nivel mundial, serían de los últimos en perecer de hambre.
Juan Echanove se atrevió el otro día en afirmar en El País que 'Dentro de 15 años, el que no lo cultive no lo va a comer'. Se refería a los productos que siempre han sido sabrosos y de temporada. A Él le ha dado por sembrar tomates en Madrigueras, un pueblo rojo en la sierra de Ayllón. Rojo por la piedra que caracteriza el lugar, sobre todo. Yo más bien añadiría que, el que pueda pagar bastante, comerá como es debido. Ójala que dentro de quince años se aprecien los alimentos más y se reflexione hacia donde vamos.



Y así concluyen en Nepal con la recogida del trigo. Con este inmenso color maduro y pleno uno no será rico pero será dichoso. Y no lo digo yo. Ya lo decía Horacio hace más de 2000 años en este precioso Epodo. (Que no se me asusten las mujeres con lo de 'púdica esposa'. Tampoco se me asusten con la mención a los esclavos. En lo demás creo que Horacio llevaba razón.)


El segundo Epodo de Horacio, en traducción de Enrique Badosa, dice:

"Dichoso aquel que lejos de negocios,
como la primigenia raza de los mortales,
ara el campo paterno con sus bueyes,
libre de toda usura, y al cual, como a un soldado,
no despiertan trompetas belicosas
ni le asusta la mar embravecida,
y se guarda del foro y del soberbio
umbral del ciudadano poderoso.
Así pues, o marida los crecidos
vástagos delas vides con los álamos altos,
o vigila en un valle retirado
sus errantes rebaños mugidores,
y con la podadera corta ramas inútiles
e injerta otras que sean más fructíferas,
o pone en limpias ánforas las mieles exprimidas,
o esquila las ovejas de patas inseguras;
o cuando Otoño eleva sobre el campo
su cabeza adornada de frutos en sazón,
cómo goza cogiendo las peras injertadas
y uvas que rivalizan con la púrpura
para obsequiarte, Príapo, y a ti, padre Silvano,
protector de las lindes. Le complace yacer
bajo una vieja encina, sobre el tupido césped;
mientras tanto, las aguas se deslizan
profundas por los cauces, en los bosques
las aves se lamentan, y el murmullo
del manar de las fuentes
invita a un sueño leve. Pero cuando
la estación invernal de Júpiter tonante
junta nieves, ora acosa
por todas partes con sus muchos perros
al jabalí feroz hacia las trampas
puestas en su camino, ora tiende
con una larga vara redes de mallas finas,
engaño para tordos comilones,
y atrapa con el lazo la temerosa liebre
y la grulla de paso, lo cual es un buen premio.
¿Quién con esto no olvida las amargas angustias
que produce el amor? Y si, ademas,
una púdica esposa participa
en cuidar de la casa y a los queridos hijos,
e igual que una sabina o la mujer
de un diligente ápulo, quemada por los soles,
pone leña seca en el sagrado hogar
cuando llega el marido fatigado,
y encerrando el ganado bien nutrido
en el redil trenzado, deja secas
sus ubres distendidas, y si extrae
de la dulce tinaja un vino de este año,
y prepara manjares no comprados,
no me gustaría más que las ostras del Lucrino,
tampoco el rodaballo o el escaro de Creta,
si acaso una tormenta atronadora
en los mares de Oriente los trajese a esta mar;
ni el pájaro africano ni el francolín de Jonia
irían a mi estómago más agradablemente
que la oliva cogida del árbol cargadísimo,
que la acedera amante de los prados,
que las malvas benéficas para el cuerpo doliente
o que la corderilla que se inmola
cuando las Terminales, o un cabrito
arrebatado al lobo. Durante estas comidas,
qué agradable es ver que las ovejas
regresan al redil, después de haber pastado;
ver los bueyes, exhaustos, cómo arrastran
con el lánguido cuello el arado invertido,
y ver a los esclavos nacidos en la casa,
enjambre que denota riqueza,
colocados en torno a los brillantes Lares".
Después de decir ésto, el usurero Alfio,
casi pronto a volverse labrador,
recupera en los Idus su dinero
y en las Calendas busca colocarlo.



Otra ventaja del campo: la escucha de los pájaros.



Los pájaros son clarines
y en medio los cañaverales
que le dan los buenos días
y al divino sol que sale.

19 comentarios:

Inés González dijo...

me ha gustado muchísimo esta entrada Manuel, la primera foto realmente es una tentación para pintores, la última : un vicio, ya conoces de qué pie cojeo, el texto una reflexión más que necesaria...
Un abrazo fuerte

Shandy dijo...

Las tres imágenes derrochan luz y color, pero la tercera es de una intensidad que desborda la mirada. Esas canastas de espigas las pondría al lado del jarro de zinc de la lechera de J.Vermeer, blanco de leche y bronce de trigo maduro.

Juan Echanove tiene razón. El que no las cultive no las comerá. Serán escasos esos productos y habrá que pagarlos a precios altos. De todas formas empiezan a crearse pequeñas empresas con buenos productos, es un posible negocio, no para hacerse rico, pero sí para vivir con dignidad. También hay una pequeña esperanza. Volver al campo, a la tierra y recuperar y dar vida a aldeas y a pequeños pueblos abandonados. Hay tierras, tierras a monte para el cultivo, al menos aquí en Galicia. Paro en las ciudades, jovenes sin trabajo... ¿Por qué no se deciden? La vida en el campo no exige tanto dinero como en la ciudad. Sería cuestión de rebajar necesidades, de tener un poco de paciencia y recuperar poco a poco los cultivos.
Es posible, tengo ejemplos cercanos.

A Horacio se le puede perdonar el cuadro que pinta de la púdica y hacendosa esposa por la alabanza de aldea que tan bien hace.

Labrador, aunque sea a tiempo parcial, no dejes de cultivar tus tierras y tus letras. Sempre un pedazo de papel e un cacho de terra onde poder cavar uns metros de melancolía.

Amando Carabias dijo...

¿Quince años, decís...? Largo me lo fíais. Muy largo. ¿Llegaremos al 2025? Y no me refiero a una cuestión personal, no hablo de la duración de mi vida, de la de ninguno... Hablo de la de todos. Quiero decir que hablo de esta tierra que canta Horacio con esa pasión de quien la ama y la conoce, que hablo de este lugar que es capaz de ofrecernos estampas como las tres que deleintan nuestra mirada en esta entrada, que hablo de la posibilidad de que no haya ya necesidad de comer nada, porque nadie habrá que coma...
Quizá Echanove tenga razón, quizá hayamos de volver a la retirada vida de quien tiene todo lo que necesita gracias a su tarea cotidiana de bregar en la tierra y cuidar los ganados.
Y suscribo el último párrafo de Shandy. Sobre todo sus letras escritas en gallego.

ybris dijo...

"iucundior quam lecta de pinguissimis
oliva ramis arborum..."
Vuelvo a leer ese "Beatus ille qui procul negotiis..." del segundo épodo de Horacio.
Paso a la glosa del mismo en Fray Luis de León
"Dichoso el que de pleitos alejado,
cual los del tiempo antigo,
labra sus heredades, no obligado
al logrero enemigo.

Ni la arma en los reales le despierta,
ni tiembla en la mar brava;
huye la plaza y la soberbia puerta
de la ambición esclava...."

Y tras leerte y releerlos me queda el agradable sabor de saber de cierto dónde hay todavía un rincón abierto a la felicidad.

Gracias por la reflexión de hoy.

Un abrazo.

Amparito dijo...

"Feliz el que, alejado de negocios, como en remoto tiempo los mortales,
paternos campos con sus bueyes ara y no rinde a la usura vasallaje"

Cita sacada de un disco de "El Último de la Fila" rescatado ayer de casa de mis padres.

Sé feliz

alicia dijo...

Qué buena esta entrada, Tempero. Aunque aún sean pequeñas iniciativas, sí que existe una tímida vuelta al campo. Al menos yo conozco varios casos de gente de ciudad que regresa a la tierra de sus antepasados y aprende de nuevo a cultivar el campo. Pero ninguno de ellos realiza una venta de productos con lo cual los que no tenemos tierra donde sembrar tomates tenemos que recurrir al intermediario, como siempre. La revolución industrial nos trajo la especialización pero... ¿no es posible que esta se dé de un modo sostenible?
Las fotografías son maravillosas. Las espigas en la cesta me han recordado al color de trigo maduro con el que tiñen los tejados en el sudeste asiático como símbolo de abundancia, de riqueza.
Gracias por el texto de Horacio, qué delicia.
Cada una de tus entradas es una cesta llena de frutos variados y sabrosos.Un abrazo

Tempero dijo...

Inés:

Quien ya sabe de qué cojeamos Sofía y yo eres tú. Sabes de nuestros gustos, sabes porque hemos hablado entre vinos y quesos. Sabes cómo pensamos.
Bueno, lo dicho por teléfono, nos vemos un día de éstos.

Dos abrazos fuertes, uno por cada uno de nosotros.(O tres si quieres.)

Tempero dijo...

Shandy:

Junto a la jarra de zinc de la lechera de Vermeer no han colocado precisamente espigas. Han colocado yogures de una conocida marca publicitaria para darnos a entender de su elaboración, de su sabor, de su mimo, vamos, un yogur como los de antes. Pero no me lo creo. ¿Adónde quedaron las yogurteras de nuestras casas y los yogures de leche de vaca sin pasteurizar?

Aquí en Madrid sí hay grupos que cultivan en ecológico. Conozco un caso cercano adonde yo tengo la huerta, en Perales del Tajuña. Tienen toda la producción vendida porque en la gran urbe hay mucha demanda. Pero esa idea traspasada a otras ciudades debería tener éxito para que se decidiesen los jóvenes. Al final el producto se tiene que vender. Es más, en el mercado de Ventas hay un supermercado sólo de productos ecológicos y te puedo decir que está desangelado: ¿precios más altos de los comunes? No. Desconocimiento, puede que sí.
Desde luego, a mí no me venden un tomate sin sabor.

Un beso. Y seguiré labrando.

Tempero dijo...

Amando, no sólo lo suscribo también sino que procuro llevarlo a cabo. Quizá la revolución que nos queda por ver vaya más allá de la informática y de lo industrial. Quizá la revolución vaya en el sentido de dar marcha atrás, hacia la cordura. Hacia el campo, me refiero. Hacia nuestra MADRE TIERRA. Sí, con mayúsculas.

Abrazos.

Tempero dijo...

Ybris,

¿te habrá fijado en la excelente traducción que E. Badosa aporta a 'pinguissimis'? 'Cargadísimos'. Sólo alguien que entienda de olivares te puede decir que los mismos, llenos a rebosar de fruto, están cargadísimos. Y ahora viene la tristeza: cómo utilizamos la palabra 'pingüe' para añadirla a los beneficios del mundo de los negocios. Lo que aún no he visto escrito es el superlativo de 'pingüe'.

Abrazos pingües, amigo.

Tempero dijo...

Curiosa la referencia del 'Ultimo de la Fila' a Horacio. la desconocía, Pi. Me alegra saberlo.

Procuro serlo.

Tempero dijo...

Alicia:

Mis entradas están muy entrañadas con el campo. Eso lo puedes comprobar en toda mi andadura.
Y Horacio es una referencia para mí.

Abrazos entrañables.

Anónimo dijo...

Manuel,
Magnífica entrada la tuya. Cambiaría la dureza de este asfalto por callos en las manos cualquier día de estos.

Las imágenes y tu texto me trajeron a la mente el Canto XLV de Pound, Con Usura:

Con usura ningún hombre puede tener una casa con buenos cimientos
Cada piedra cortada pulida y bien engarzada
Cuyo diseño sea protector

Con usura

Ningún hombre puede tener un paraíso pintado en los muros de su iglesia
Harpes et luz
O un lugar donde la virgen reciba el mensaje
Y el halo se proyecte en una incisión,

Con usura

Gonzaga no tiene ni herederos ni concubinas
Ninguna imagen está hecha para durar ni para que ayude a vivir
Sólo son hechas para venderse y venderse rápido

Con usura se peca contra la naturaleza,
Será tu pan como un harapo
Será tu pan seco como el papel,
No habrá abundante cosecha, ni harina fuerte

Con usura la propiedad nos divide

Con usura no hay demarcaciones claras
Y no hay hombre que pueda encontrar lugar par su morada
Al picapedrero se le quita la piedra
Al tejedor su telar

CON USURA

La lana no llega al mercado
Las ovejas no dan ganancia con usura
Usura es peste, la usura
Entumece la aguja en la mano de la doncella
Y detiene la destreza del hilandero.
Pietro Lombardo no fue por la usura
Duccio no fue por la usura
Ni Piero Della Francesca, Zuan Bellini tampoco por usura fue
Ni La Calunnia fue pintada.
No fueron por usura Angelico, no fue Ambrosio Praedis,
Ni puede haber una iglesia con un grabado en la piedra que diga: Adamo me fecit

No fue por usura San Trófimo

No fue por usura San Hilario

La usura herrumbra el cincel
Herrumbra a la artesanía y al artesano
Roe el hilo en el telar
Nadie transforma en oro su diseño,
El azur sufre de cáncer por la usura, el carmesí es imposible de bordar
El esmeralda no llega a manos de Memling

La usura asesina al niño en el vientre
Impide el cortejo entre jóvenes
Lleva impotencia al lecho, yace
Entre los recién casados

CONTRA NATURAM

Han traído putas para Eleusis
Los cadáveres han sido preparados para el banquete
Por pedido de la usura

Leíste "Puerca Tierra", de John Berger?
Saludos desde el cono sur,
Sole (compañera de la clase trabajadora, aunque no de la tierra)

JosepMª dijo...

Volver al campo?
En qué condiciones?
A qué precios?
Los villanos no se fueron a la ciudad por gusto.
Se fueron por hambre.
Comerán fruta verde
y carne hormonada,
los que puedan pagarla;
pero los urbanitas no quieren volver a las villas abandonadas.
(Ya van al pueblo, de vacaciones)
Esos experimentos de repoblación son casos raros:
Adornos sociólogicos.
Corazones intrépidos.
Náufragos en tierra.
Experimentos efímeros.
Almas de cántaro.

Arcadia es un sueño
(hermoso)
Y los sueños, sueños son.

Isolda Wagner dijo...

Sólo me atrevo a dejar constancia de mi paso, por este sitio que cada día me parece más elevado.
Y qué comentaristas!
Tempero, besos apocados que os desean felicidad a todos y en todo tiempo.

Tempero dijo...

Sole, muchas gracias por traer ese canto XLV donde, seguro, al final, la usura se acaba comiendo a quien la hace demasiado caso.
Te dejo que entres en El desván de Pound

Ven, apiadémonos de los que tienen más fortuna que nosotros.
Ven, amiga y recuerda
que los ricos tienen mayordomos en vez de amigos,
y nosotros tenemos amigos en vez de mayordomos.

Y también digo, desde mi rincón ésto:

Causa

Reúno estas palabras para cuatro personas,
alguien más puede cazarlas al vuelo,
oh mundo, lo siento por ti,
no conoces a esas cuatro personas.


Ya sé Sole, sé que el mundo no lo va a sentir por mí, pero sobre todo, me ilusiona teneros y compartir.

Besos intercontinentales.

Tempero dijo...

Josep María:

Da gusto tenerte: cuando abrimos aquí una pequeña pequeña reflexión vienes con tu cuádriga como comentario y cada palabra como látigo necesario.
Adopto como razonable todo lo que has dicho. La usura es el verdadero poder, lo demás, pamplinas. Y claro, la usura arrastrará al poderoso, pero antes al débil.

Muchas gracias por tu valioso comentario.

Tempero dijo...

Islasola:

Vence tu timidez y no te apoques. Este sitio es llano como quien lo elabora. Esto que hago es una minucia que comparto y que me alegra que lo disfrutéis.

Besos.

Caminante dijo...

No aparezco... para mí que sí estaba, pero mira por donde ¡me equivoqué!
Besos: PAQUITA