sábado, 14 de marzo de 2009

Querencias: encina al natural y a témpera




Bajo este título quiero mostrar mi agradecimiento a tod@s aquellas personas que han pasado por este cuaderno tan irregular en temas como excesivo en intimidad. Empiezo por Inés y Pedro. Sus direcciones son:

http://incisionesmultiples.blogspot.com/
http://glup2.blogspot.com/

A los dos les dedico estos versos de Claudio Rodríguez:

(Sobre la encina)

Y con qué rapidez se identifica
con el paisaje, con el alma entera
de su frondosidad y de mí mismo.
Llegaría hasta el cielo si no fuera
porque aún su sazón es la del árbol.
[...]
...¿Es cierta
mi vida así, en sus persistentes hojas
a medio descifrar la primavera?

De el Libro primero de 'El don de la ebriedad'

A Pedro le dedico la foto de la encina por si sus ánimos lo animan en el buen tiempo a hacer de pastor y, en el tiempo libre, elevar con un txistu la grandeza del aire.
A Inés le dedico la acuarela que pinté en su día como versión de esa encina para que disfrute de su luz.

Sé que la única manera de que lleguen al cielo los dos es escalando la encina para allí reposar un rato, pero para eso han de esperar a que la encina pierda su sazón de árbol. Merecerá la pena esperar.

Besos y abrazos.