lunes, 13 de abril de 2009

Querencias: Con el permiso de su descaro




Decir a estas alturas que palidezco por un olivo sobra. Ya mi correo electrónico corresponde con una de las variedades de aceituna de la isla de Creta: Koroneiki, que, por cierto, ofrece un aceite entre dulce y afrutado sensacional. Y si retrocedo a mi pasado bien diré que mi correo comenzaba con ELAYON, en griego Olivo. Por eso, si tengo que hacer un buen regalo lo hago de aceite o, en su defecto, de alguno de mis árboles singulares con que me ido sorprendiendo.

Dos olivos regalo a esa niña de las tapias tan pizpireta: SHANDY.
http://sinpermisodetucaranilicenciadeustedes.blogspot.com/

El primer olivo está localizado en el término municipal de Chinchón. Es un olivo al que amo mucho porque junto a él amé un día a una de las personas que más quiero en esta vida, un amor henchido, de ahí su relación de intimidad conmigo.
El segundo olivo lo encontramos en Arganda, casi entre polígonos y pegado a la autovía. No es un olivo rojo, pero como si lo fuera. Encarna la solicitud de la sangre y del color. Por éso sólo ya me invade.

Rectifico, del primer olivo le hago un préstamo, el segundo es el regalo propio.

Y como música, no puedo sustraerme a Mayte Martín en una siguiriya con un compás ligeramente acelerado de letra justa y conmovedora donde renegar de Dios es una opción. Que te guste, que os guste.