miércoles, 3 de junio de 2009

De cómo un árbol seco sencillamente nos habla



Dice esa encina seca,
dice lo que dio de sí.
Escasez de duda habita
en un árbol con patrimonio
tan sencillo de tierra y agua.
No dudar de ser,
ahora, no dudar del no.

No haber el que cala
y no resistir: es triunfo
de la leña que en directo
se advierte. Es cierto.
Un árbol que nos habla
de derrota nos incluye
en la rutina mineral del suelo,
no siendo sino la presentida
humedad que al resto
aún sostiene y vive.