sábado, 13 de junio de 2009

Mensaje




Uno prefiere derivarse a la deriva, entrar en una botella y darse a la mar. Podría darme a la bebida. Pero no. Me daré al mar, al gran sol, al oleaje, al temblor de la sal, pero, sin duda, a la deriva. En tierra sería devorado por los de arriba y tragarme la misma sería algo así como pudrirme. O sea, a la mar y en botella.


Hasta pronto y agradecido a tod@s.




Amor, cuando yo pienso
en el mal que me das, terrible y fuerte,
voy corriendo a la muerte,
pensando así acabar mi mal inmenso.

Mas, en llegando al paso
que es puerto en este mar de mi tormento,
tanta alegría siento,
que la vida se esfuerza, y no le paso.

Así el vivir me mata,
que la muerte me torna a dar la vida.
¡Oh condición no oída
la que conmigo muerte y vida trata!