domingo, 22 de noviembre de 2009

Casa vacía



Quienes tapian las entradas de la planta baja de una casa vacía olvidan el rumor excesivo que desagua por las plantas superiores. ¿Qué digo? Ya sé, mi nostalgia, mi melancolía, mis alumbramientos auditivos, mi más oír cuando estoy ante el vacío.

Uno de esos libros que uno lee y que no te atoran por su ineficacia literaria porque si no los abandonaría es el que os presento hoy: 'La cima vieja' de Ricardo Defarges. A los 75 años ha escrito poemas como éste que a continuación os dejo. En él la nostalgia esta presente, también la pureza y el despojamiento quedando, lo esencial:

Todavía el amor

¿Cómo es posible amar en la casa vacía?
Has venido de lejos y de cerca,
habitas cerca y lejos.
Amo, mas no deseo,
deseo sin amarte.
Eres indispensable, imprescindible.
Y mis labios, tan fríos como ardientes,
te poseen en aguda nostalgia,
en soledad definitiva.



Creo que esta Farruca de Pedro Sierra es un gozo.