martes, 12 de enero de 2010

Coincidencias: Caspar David Friedrich (I)


Roble con nido de cigüeña (C.D.Friedrich)

El domingo pasado vi la exposición que la fundación Juan March dedicaba al pintor/dibujante Caspar David Friedrich. La exposición estaba dedicada a sus dibujos a lápiz, gouaches y acuarelas. Dibujos todos de exquisita y delicada belleza, minuciosamente ejecutados en plena naturaleza y reutilizados después por él para la arquitectura de sus hermosos paisajes que le han hecho acreedor de esa celebridad como pintor del romanticismo alemán. Muy surcada estuvo su tarea de pintor con la idea de Dios como creador de la naturaleza. Su principal temática la constituyeron edificaciones y arquitecturas, ruinas, rocas y montañas, árboles, plantas y paisajes.
Traigo a colación alguna de sus citas:

El auténtico arte se concibe en un momento sagrado y es alimentado en una hora santa; a menudo es creado por un impulso interior, sin que el artista sea consciente.

Cada manifestación de la Naturaleza, registrada con precisión, dignidad y sentimiento, puede llegar a ser tema del arte.

Debo rendirme a lo que me rodea, unirme con las nubes y con las piedras, para ser lo que soy. Necesito la soledad para entrar en comunión con la Naturaleza.

Lo divino está en todas las partes, incluso en un grano de arena.


Olmos con nidos de cigüeñas junto al río Manzanres.

La exposición me sirvió para conocer y para restregarme en un dibujante en el que me veía a cada instante. Aunque yo no sea el dueño de la fotografía si puedo asegurar el tránsito de esa materia arbórea hacia mi interior para regurgitarla hecha temblor. Al menos para mi. Temblor de arte, me refiero. Que a otros les guste ya es otro cantar. Y creo en la tierra y la naturaleza por sí misma, sin intervención divina, sin ningún dios mediador para que yo admire lo que se va construyendo día a día. En eso difiero de Caspar. En su intención y plasmación creo que coincido. Lo expondré en sucesivas entradas.

Ahora les dejo con la entrada en una bellísima catedral musical llena de silencio y fuerza. Un modo de acomodar la arquitectura acústica al cuadro y a la foto.


La catedral, Soleares de El Niño Josele, de su disco 'Calle Ancha'.

8 comentarios:

Amando Carabias dijo...

En algo vamos a estar de acuerdo: el auténtico arte se concibe en un momento sagrado y es alimentado en una hora santa, etcétera...
Ponle tú los adjetivos o lo que quieras que a mí me da lo mismo. Y a Dios también.
Qué mas da?
Temblemos juntos, como tiemblan las seis cuerdas de la guitarra, como tiemblan al tiempo la prima y el bordón, sin dejar de ser ellas mismas.
Al fin y al cabo, lo que tú no creas o lo que yo crea tienen un punto en común esa obra que emerge ante nuestros ojos, para que intentemos hacer que luego les tiemble a otros

Caminante dijo...

Yo me identifico, ante todo, con...
- Necesito la soledad para entrar en comunión con la Naturaleza.
- Lo divino está en todas las partes, incluso en un grano de arena.

En cuanto al tema dios, divino, me quedo con divino... de: adorado por mí.
Ese es mi dios: La Naturaleza; puestos a creer en algo superior ese es mi credo.

Tomo nota de la eposición J. March, para ver hasta cuando está, si es que sigue.
Ayer leí que el viernes se inicia otra en Maffre sobre los impresionistas. Parece estupenda -está hasta abril-.

Besos de esta que te aprecia ¿a que suena rancio? PAQUITA

alicia dijo...

Suena la guitarra mientras escribo estas líneas y sueño ser caminante sobre los mares de nubes de Friedich. Viendo esos olmos coronados de cigüeñas, sombras de nieve bajo los olivos, el mar dormido o esa hiedra tenaz que sobrevive cada invierno anclada a la pared, cuesta creer en otro dios que no sea esta belleza.
Abrazos junto al brasero, Manuel
(menos mal que la música y una buena manta calientan los corazones)

Isolda Wagner dijo...

Iba a decir lo mismo que ha dejado escrito Amando y como lo dice mil veces mejor, me callo y lo reafirmo.
Restregarse en un dibujante y regurgitar esa foto, hecha temblor. Vaya palabras emocionantes, Tempero!
Maravilloso conjunto de dibujo, foto y guitarra.
Besos como los que nos da la naturaleza.

Anónimo dijo...

Una gran exposición de un extraordinario artista que creo que respetaba por igual a Dios y a la Naturaleza.
Tú blog es muy interesante y muestra un sencillo y sobrio amor a la naturaleza

Shandy dijo...

Tempero, no sé si en la naturaleza hay "intervención divina" en el sentido religioso que C. D. Friedrich utiliza la palabra (él era creyente), pero sí creo que a través de ella se puede experimentar un acercamiento a algo que yo no sé definir y que el alemán capta y transmite en sus pinturas y dibujos, algo inaprensible -¿ eso que unos llaman "metafísico",algunos "misticismo y otros "panteísmo"?- y que te toca y remueve por dentro. Tal vez podria llamarlo "melancolía existencial" en el sentido que la definió Diderot: un "sentimiento de permanente imperfección" que el ser humano experimenta frente a la poderosa naturaleza.
En todo caso,lo que me atrevería a afirmar es que en los dibujos de Friedrich y en esa foto está presente la "divina proporción" o número áureo (Euclides,Fibonacci, Luca Pacioli). Arte y naturaleza no son tan diferentes.
(Oye, no me acuses a Sofia de que he tomado carrerilla).
Beixos para ambos.

JosepMª dijo...

Ay, la Naturaleza!!!
Qué belleza!
Esas cigüeñas en sus nidos protegidos,
han de comer, con ganas,
muchas ranas.
Y peces.
Y culebras:
Hermosas culebras
devoradas
por hermosas cigüeñas.

Naturaleza es Vida
y Muerte.
Es nieve y terremoto.
Es ojos y ceguera.
Es aroma y cáncer.

Dios como Creador de la Naturaleza?
Imagínatelo creando la diarrea.
Divino...

Carmen dijo...

la fotografía es una maravilla de las maravillas

si no fuese por el ramalazo de las dos vetas en un olmo de la izquierda se diría que la fotografía es en blanco y negro, pero no una una fotografía cualquiera en blanco y negro, no, una maravilla de las maravillas, de ésas que logran encontrar infinidad de matices en esa gama de colores, que son capaces de mostrar fragilidad y casi transparencia en algunas ramas, un atisbo de calor en lo más hondo de los nidos y la edad en los troncos de los árboles, todo arropado por un cielo que se confunde con el suelo nevado

pd 1: siempre que veo un tronco caído me acuerdo de Antonio Machado

pd 2: no estoy de acuerdo en el comentario de Alex por mucho que me tire lo japonés y tampoco con el comentario de Alicia por mucho que me tire una manta, una manta no calienta un corazón, a no ser que la esté usando como metáfora, algo más que probable por cierto