lunes, 8 de marzo de 2010

Concierto de poemas desconocidos

ESPERANZA FERNÁNDEZ

Cantaron ellas.
Destaco dos poemas bellos que Esperanza Fernández acopló a su decir cantado, y que Miguel Ángel Cortés enroscó con su guitarra. Dos poemas que desconocía y que fueron como un regalo. Espero que disfrutéis su lectura.


GABRIELA MISTRAL (1889-1957)

BEBER
Al doctor Pedro de Alba

Recuerdo gestos de criaturas
y son gestos de darme el agua.

En el valle de Río Blanco,
en donde nace el Aconcagua,
llegué a beber, salté a beber
en el fuete de una cascada,
que caía crinada y dura
y se rompía yerta y blanca.
Pegué mi boca al hervidero,
y me quemaba el agua santa,
y tres días sangró mi boca
de aquel sorbo del Aconcagua.


En el campo de Mitla, un día
de cigarras, de sol, de marcha,
me doblé a un pozo y vino un indio
a sostenerme sobre el agua,
y mi cabeza, como un fruto,
estaba dentro de sus palmas.
Bebía yo lo que bebía,
que era su cara con mi cara,
y en un relámpago yo supe
carne de Mitla ser mi casta.

En la Isla de Puerto Rico,
a la siesta de azul colmada,
mi cuerpo quieto, las olas locas,
y como cien madres las palmas,
rompió una niña por donaire
junto a mi boca un coco de agua,
y yo bebí, como una hija,
agua de madre, agua de palma.
Y más dulzura no he bebido
con el cuerpo ni con el alma.

A la casa de mis niñeces
mi madre me llevaba el agua.
Entre un sorbo y el otro sorbo
la veía sobre la jarra.
La cabeza más se subía
y la jarra más se abajaba.
Todavía yo tengo el valle,
tengo mi sed y su mirada.
Será esto la eternidad
que aún estamos como estábamos.

Recuerdos gestos de criaturas
y son gestos de darme el agua.


Ana Istarú (Costa Rica, 1960)
Poemas abiertos y otros amaneceres, 1980

Soy igual

No olvides

por favor

que tengo

nombre.

Yo soy igual

y soy distinta

Soy igual

en la tierra

y en mi oficio

de obrero.

Soy distinta

en la tibia

luna de mi sexo.

No hay eclipse

más dulce

que tu cuerpo

y mi cuerpo.

Pero por favor

no olvides

el nombre

que tengo.

Soy distinta, a veces,

pero soy igual.

Tengo la misma

hambre

de trigales

y vientos.

MIGUEL ÁNGEL CORTÉS



Esta misma seguiriya la tocó, pero con la voz de Esperanza y más alargada y con otros textos.

8 comentarios:

mirada dijo...

Sí, es verdad que ellas cantaron, y con todo el corazón abierto, desbordadas sin cortapisas.
Extraordinaria belleza la de cruzarse, sentirse, ahondarse y fundirse...
No me quiero marchar de aquí, más me voy.
Gracias por estos regalos, por cada uno de los tesoros.
Ya les extraños.

Tempero dijo...

Ya te lo dije, Guada, deberías haber ido. Ya hubiera querido trnasportaros esos poemas con la música incrustada. Espero que en su próximo disco los grabe.

Bicos.

Flamenco Rojo dijo...

Esperanza Fernández...sevillana, trianera...un fenomeno.

Un acierto traerla aquí.

Un abrazo.

virgi dijo...

Un aprendizaje continuo contigo.
Los poemas son bellísimos..."agua crinada"...

Un abrazo

JosepMª dijo...

Sed y hambre.
Necesidades
de nuestra humana condición.
Dar de comer al hambriento
y de beber al sediento,
son obras de Misericordia.

_Hambre de trigales
y vientos_

Excelente la página de hoy.
Y nos recuerdas
que existe
Gabriela Mistral,
adelantada a su tiempo,
maestra autodidacta,
impulsora social:
Ella dignifica
(con bastantes personas más)
el oportunista y muñido
Premio Nobel.

Tempero dijo...

Pepe:

A Rocío Márquez le falto chispa. Canta muy bien pero estuvo un poco apagada. Tuvo un inicio con unos tangos soberbio. Pero, sin duda, Esperanza me cautivó desde el inicio de ese poema de Gabriela hasta sus últimas bulerías donde bailó con mucha soltura. ¿Es maja la gente de Triana, no?

Abrazos.

Tempero dijo...

Sí son bellos, querida Virginia.
Y ya que estás con el agua crinada, ¿qué me dices de 'en el fuete de una cascada,'?¿había escuchado la palabra 'fuete'? Yo no. Se interpreta como látigo. Así es como me gustan las cascadas de agua que este año vuelven a su ser muchas: con verdadero látigo de agua y rumos.

Besos, maja.

Tempero dijo...

Josep María:

Tener la misma hambre de trigales y vientos. Buene elección Josep. Como hombre de campo tambien me detuve en esa parte tan visual del poema donde mis niñeces, como dice la inmensa Gabriela, tanto atravesaron.

El Nobel muchas veces se lo dan a quien no deben, pero otras veces personas como Herta Müller saltan a primer plano con una obra poética en prosa muy buena.

Sigamos compartiendo, amigo.