lunes, 15 de marzo de 2010

Los pájaros de siempre


Leí el sábado pasado en El País un artículo en su página 41 titulado 'Alerta por la caída de la población de gorriones'. El texto íntegro lo encontraréis pinchando en el enlace: GORRIONES. Y es cierto que en la ciudad apenas se ven estos pájaros bulliciosos de la infancia. Y también es cierto que otras aves como urracas y mirlos se han sabido adaptar muy bien a todo lo que huele a urbano.
El mismo sábado traían todos los periódicos reseñas sobre la muerte y la vida de Miguel Delibes. Quise yo volver a abrir un chiquito libro que Miguel escribió en el año 1979 titulado 'El mundo que agoniza'. Un librito a modo de ensayo muy enriquecedor y nada sesudo que debería estar como libro de lectura propuesta en la escuela. No me gusta decir como lectura obligada, sí propuesta. En su apartado 5, titulado 'La naturaleza como chivo expiatorio', Miguel dice que "En la Naturaleza, apenas cabe el progreso. Todo cuanto sea conservar el medio es progresar; todo lo que signifique alterarlo esencialmente , es retroceder."
Un axioma sencillo éste. Yo sólo añado que, dentro de la Naturaleza nos hallamos en claro retroceso. Claro ejemplo el de los pardalillos o gorriones que me ha motivado esta entrada.
Miguel Delibes fue, ante todo, un escritor del campo, de campo.

Quizás nosotros en unos años no seamos capaces de sostenernos en la verticalidad de una pared como lo hace el gorrión macho fotografiado.

Sí le digo yo a los gorriones de mis recuerdos a modo haiku:

Os podré volar,
salir a vuestro paso
almacenado.





Anthony & the Johnsons (The crying light)

Another world

I need another place
Will there be peace?
I need another world
This one's nearly gone

Still have too many dreams
Never seen the light
I need another world
A place where I can go

I'm gonna miss the sea
I'm gonna miss the snow
I'm gonna miss the bees
I'll miss the things that grow
I'm gonna miss the trees
I'm gonna miss the sound
I'll miss the animals
I'm gonna miss you all

I need another place
Will there be peace?
I need another world
This one's nearly gone

I'm gonna miss the birds
Singing all this songs
Been kissing this so long

Another world x4

15 comentarios:

Sara Royo dijo...

Siempre me han gustado mucho los gorriones.

Amparito dijo...

Yo también lo volví a leer no hace mucho y da rabia lo actual que resulta y lo poco o nada que hemos avanzado desde entonces

Amando Carabias dijo...

Pues si mi querido gorrioncillo se muere qué nos quedará. Muchas veces en mi calle veo bandadas de gorriones peleando por ese pan duro que tiran los gitanos. Las palomas (puñeteras) siempre pueden, pero aún así queda para ellos.
Es verdad lo que dices de urracas y mirlos e incluso petirrojos y avefrías.
Cuando pensé una novela que trataba de algo parecido a los seres humanos cotidianoes (ni héroes ni antihéroes) la titulé "Gorrión de invierno". A este paso ni el título tendrá sentido.
Miguel Delibes es verdad que fue escritor de campo, del campo que mejor conoces tú que yo, pero también fue escritor de ciudad, e incluso de mar.
Lo que has escrito de ese libro habría que grabarlo con letras de oro en todos los ministerios de medio ambiente y de industria (o similares) del mundo entero.
Un abrazo.

Pedro Delgado dijo...

Hablando de pájaros recuerdo aquel famoso refrán, aunque de estilo barroco:

"Más vale plumoso volatil en la cavidad metacarpiana que la segunda potencia de diez pululando por los espacios estelares"

¿Lo recuerdas?

Por cierto te has hecho famoso en Cáceres.

Perdona las bromas y a flamenquear...

Tempero dijo...

Sara: es difícil que los pájaros no gusten a la gente. Sólo conozco el caso de una persona que los tenía absoluta aversión: Tippi Hedren.
Un saludo.

Tempero dijo...

Treinta y un años, Pi, desde que Miguel ya pensase en ello. Y mira por lo que nos peleamos en la actualidad, por la tierra. Mejor dicho, por fastidiar lo que la Naturaleza contiene.
Miguel tiene mucho y todo bueno para leer.

Besos.

JosepMª dijo...

Ciudades hacinadas.
Campos despoblados.
Cielo sin pájaros.
Mar sin peces.
La sombra de l@s human@os
(también)
es alargada...

virgi dijo...

La foto, una monada.
El libro, me lo busco, gracias por la sugerencia.
El artículo, ya lo había leído.
Y Anthony y sus amigos, de mis preferidos.

Un abrazo volador

Shandy dijo...

A Delibes le debemos las horas con Mario y muchos personajes entrañables: el señor Cayo, el Zacarías y su Milana bonita, el Roque, el Moñigo...

Un gorrión es una delicadeza, como su canto. Habría que decir que no se ha hecho la miel para la boca del asno?
Convoco contigo a los gorriones con este poema de Miguel Florián:

Crecen los gorriones en el aire,
y la música infantil de alguna flauta
sostiene el mediodía.
A duras penas
el libro nos retiene.
Algún amor vendrá
al zócalo azul de la ventana
para a un país más bello rescatarnos.
A cada instante
el dedo de algún ángel desmorona
la carne contenida. Tras el cristal
la mirada de un pájaro —la alegría
infantil en los ojos del niño.
Aire por todas partes
revolviendo los pliegues del hastío,
elevando la falda enamorada
de la mujer.
Y tiembla el corazón
en la dicha de la piel que imagina.
Es aire.
Y luz que cierra el libro y adormece los párpados,
es sed de barcos,
de bocas deliciosas.
Es hambre de islas lejanísimas.

Tempero dijo...

Amando: tu calle y niestraciudad son un privilegio para los gorriones. En los circuitos pequeños se defienden muy bien y son muy astutos.
De las palomas mejor me callo, pero sí te digo que las palomas de las ciudades deberían estar muy controladas: son asquerosas.

Miguel Delibes es un autor imprescindible.

Abrazos.

Tempero dijo...

Amigo Pedro:

Que más vale pájaro en mano que desafinar cantando, ¿no?

Bueno Pedro, ya escuché al Paco Cepero y sus rumbas. En solitario no es que me guste mucho pero es buen guitarrista.
Hoy os dejo una soleá maravillosa.

Saludos antólogos.

Tempero dijo...

Josep María:

Un pasaje de 'la sombra del ciprés es ...':

"Luego tía Rosa cogió en sus brazos a Martina y la besó hasta diez veces ferocidad (ella no tenía descendencia), tanteándole segudamente las partes más ocultas de su cuerpecillo.

-Hermana -dijo de pronto-, esta niña sigue siendo de la calidad del tordo: la cabecita pequeña y el culo gordo."

¿Y de los estorninos qué me dices, Josep? Ésos sí son duros y revientan los frutales dulces y las olivas maduras. ¡Qué hermosas bandadas tengo vistas!

Abrazos.

Pedro Delgado dijo...

Lo del refrán era un nostálgico recuerdo de mi juventud u otra forma de decir de que más vale pájaro en mano que ciento volando

Saludos flamencos

Tempero dijo...

Virgi:

¿Una monada?
No te imaginas la decisión y el tiempo que conlleva fotografiar a un pardal así.

El abrazo volador debiera ser real, el tiempo transcurre y nos hacemos de otro tiempo. De momento recibo el tu vuelo más concreto y sincero.

Besos.

Tempero dijo...

Y yo sin conocer a Miguel Florian siendo como es de Ocaña y habiendo estado yo allí 8 años de mi vida. Gracias por ese aire por todas partes para revolve los pliegues del hastío. Lo que no sé si provocará es la elevación de la falda.
De todas formas a mí Florián me convoca a la infancia. Florian era el conductor del minibus que me llevó a la escuela durante 8 años. Es por lo que oigo Florián y para mí desaparecen poetas y faldas y me llueve la infancia como trayecto de autobús por los pequeños pueblos donde aún estaba abonada la vida.