viernes, 16 de abril de 2010

Ser visto por un zorro


A esa hora que nadie había no pude figurarte.
Un talud de tierra y tú. Y el agua sirviendo
una aspersión de calma. Y tú sobre mí dejaste
madurar el tiempo justo para hacer click,
y así desengañarme por un instante de tu astucia,
y yo sobre ti, atareado en no dar un paso en falso,
en pensar, incluso, en el intercambio de papeles,
yo zorro expectante y tú en mi yo encajado
en la emoción, trancurriendo así el escaso tiempo
que todo animal libre te otorga. Y en este caso,
como si de una predicción suya de normalidad
le hubiese llegado, decidió que podía sostener
su rostro metros más allá con la sóla condición
de no deliberar nada, simplemente sentirme
afortunado.






Más o menos el tiempo que dura esta bella pincelada de guitarra es lo que estuve frente a ese zorro. La memoria acapara ahora su figura.

26 comentarios:

JosepMª dijo...

Maravilla!
Atrapar (en imagen)
un zorro en pleno dia.
Y entre dos aguas (o una)
Sus ojos.

Y la guitarra
de Rafael Riqueni:
Rasgueo fluido,
brioso
entre sosiegos.

Un placer
audiovisual.
Y más adentro.

Porverita dijo...

Un zorro observando a otro.

¿Cómo sabes que era él el que te otorgaba su tiempo, y no al revés?

Quizás disfrutaba de ver a un humano tan próximo y tan ensimismado.

Salud.

Tot Barcelona dijo...

La misma mirada que los políticos tienen cuando están agazapados ...Huye ¡¡¡¡ no dejes huellas ni señales de tu paso. Amágate y haz de ti, una sombra sobre la cual, no queden de por vida, huellas digitales....

Caminante dijo...

¡Qué suerte la tuya!
Al zorro, está claro, lo mismo le dio, ni se inmutó.
El domingo pasado vi la trasera de uno cuando se metía en el follaje, eso vi, poco más, la cola.
También era de día, poco antes del mediodía... en el barranco de Poqueira.
Besos: PAQUITA

alicia dijo...

Qué mirada de plata tan hermosa la de ese zorro curioso! Y que momento tan frágil, ni un paso más allá para no quebrar el encantamiento de ese instante en el que sus ojos salvajes se buscan en los tuyos de animal a la deriva.
"gano -dijo el zorro- por el color del trigo". Sabiduría instintiva

Amando Carabias dijo...

Nos dices, que el instante duró lo que el tema de Rafael Riqueni o sea un minuto y once segundos.
En ese tiempo se nota un hilo, mucho más hondo que el que parece, ese hilo que describes con tanta delicadeza y cariño...

Inés González dijo...

Estimado Don Diego de La Vega: le agradezco infinitamente que nos haya obsequiado esta entrada, ahora no quedan dudas de su verdadera identidad, Tempero y el Zorro son la misma persona, he observado sus ojos y ellos no saben mentir, son idénticos! color, forma y manera de mirar, y qué voy a decir del perfil, olfatenado el aire en un acto puro de libertad.
Lamento haberlo desenmascardo, pero no me pude contener...
Un cordial saludo
Tte Columbo

Segundo Gallinero dijo...

A pesar del evidente peligro, aquí me tienes y vengo en son de paz.

Bueno, antes de nada y fuera de coñas y todo eso, la entrada es muy buena y me gusta: imágenes, contenido literario y música son de mi agrado.

Dicho esto y ya en tono más jocoso me gustaría saber, y sólo por una cuestión de supervivencia, qué clase de zorro es el que nos muestras: el de Saint-Exupery amable y deseoso de ser domesticado o el engañoso engañado de La Fontaine. O a lo peor es una indirecta por meterme donde no me llaman


Segundo G.

virgi dijo...

¡Estupendo, Tempero! Un lujo que nos regales esa experiencia leve y salvaje.
Me ha (verdaderamente) encantado.
Montón de besos

Alfredo J Ramos dijo...

Hermosa la mirada mutua de los zorros.
Y hermosa vara de medir.

Shandy dijo...

Me gusta el texto, como describes el encuentro, el cruce de miradas, la emoción que te produce. En cuanto a las imagenes, la primera. Mirada interrogante,desafiante,lucida, bella...
Ambos rozos se estan midiendo y a la expectativa.

Shandy dijo...

Perdone usted el disléxico trueque he querido decir "Ambos zorros", las teclas traicionan.

Damasco. dijo...

precioso

Tempero dijo...

Junto a una laguna, Josep. Entre dos aguas está la magistral rumba interpretada por el mejor: Paco de Lucía.
¡Que oído despliegas a las músicas que propongo! Da gusto compartirlas. Rafael Riqueni es otro genio con altibajos.

Más adentro aún conservo yo el placer.
Por un lobo, qué hubiera dado yo por un lobo.

Abrazos sinceros, eminente receptor.

Tempero dijo...

Porverita, si de mí hubiera dependido te aseguro que aún estaría allí clavado. Pero todos tenenmos nuestras tareas y no era cuestión de desgastarnos las caras. Desde luego, bonito él feo yo.
Gracias por darme el privilegio de la astucia.

Bueñas tardes que mudarán a tormenta. ¿Tú te mudaste ya, no?

Tempero dijo...

¡Qué esquivo te presiento Miquel!
Ya somos dos. Pero disiento: ya para mí agrado visual quisiera que el político de turno fuese tan hábil y sincero como el de la foto.

Sigamos en la brecha.

Salud.

Tempero dijo...

Eboli, ¿era hembra o macho?
Tú que viajas tanto y que tanto rastreas difícil que no adviertas zorros.
En África hay elefantes y también está el Kilimanjaro. Anímate.

Besos sanitarios públicos.

Tempero dijo...

Siempre me pregunté cuánto de analítica tiene la sabiduría instintiva. ¿Y cuánto de distintiva?

¿Animal a la deriva?

Desde la infancia, mi infancia, me considero a la deriva, y sin complejos.

Remánsate en este poema:

Tu infancia,
tantas veces cautiva, capitán de bandidos
en busca de tesoros y cámaras ocultas
en las que imaginaste, rodeada de ungüentos prodigiosos
y bálsamos, la imagen -en todo su esplendor-
de una reina dormida. Huiste con sus joyas
después de deshacerte de su cuerpo de guardia y sortear las trampas
que esperaban tu carne.

Otras tardes
buscaba tu niñez en los alrededores de este lugar princesas
todavía encantadas, y componías filtros
para romper su hechizo, las palabras exactas
que devolvieran la verdad de su vida a tus ojos. Y veías así,
en la serpiente, el caracol, la hormiga, un cuerpo
como el tuyo condenado a estar solo; y pájaros bellísimos
cuyo canto de dolor, lo mismo que tu canto, era inmenso.

Desde entonces recorres
el universo en busca de sonidos capaces
de hallar la realidad, y sabes que el poema
es lo que nos equivoca con su verdad profunda.
Y así en el fondo de las cosas escuchas
cierto fervor vacío, como el silencio desvelado
de lo muerto que asciende, traslúcido, tras las grandes batallas.
Tengo, condenado en su cárcel, en mis manos
un saltamontes -equivocado vegetal, huido de su reino- como aquellos
que perseguía de niño. Parece que llegara
del futuro a posarse sobre un tiempo
que sólo es apariencia del tiempo que lo habita.

Un sol amurallado del color de la sangre
da a la tarde la imagen de los largos asedios; y como
si desde la lejanía, a través de tus ojos, mirara
un ser distinto al tuyo, te sientes
el precipicio de la historia, tiempo
que continúa despeñándose, lo mismo que sobre el horizonte de las cosas

En el breve museo que visitas
la luz, que es azulada y pálida, descansa
como un remoto príncipe, sobre las armaduras y los códices.
De las bodegas y los sótanos asciende
la llamarada de un silencio húmedo, el aliento podrido de los siglos,
t hasta el pequeño páramo de mármol en el que, como entonces,
todavía imaginas un paisaje nevado
al que hubiera acudido, para saciar toda su sed, el tiempo.

Tempero dijo...

Amando:
hay hilos invisibles, hilos de bramante, hilos de seda, hilos de sedal.
Creo que todos caben en mis cuentas narrativas.

Abrazos.

Tempero dijo...

Inés:

¿aún no te he dejado la 'z' atravesada en el lomo?
Espera y practique con la espada y verás mi agilidad.


Besos.

Tempero dijo...

Creatura:

criatura.

Tempero dijo...

Segundo:

aún no he alcanzado las uvas, me falta entrenamiento. Puede que el llegar a ellas sea cuestión de tiempo. También me gustan las pasas.
Pero le advierto, lea 'Tierra de hombres' o 'Vuelo nocturno' y siga con su nariz afilada, ya me ha demostrado en dos ocasiones que tiene olfato más profio de raposo cibernético que de gallo despertante.

Abrazos y siga.

Tempero dijo...

De salvaje tuvi bien poco, Virgi. No tuve que salir corriendo.
Fue una experiencia normal y, sobre todo, alentadora.
Por leve sí la doy, pero me conformo.

Almiar de besos.

Tempero dijo...

Alfredo, creo que estimamos en muchos momentos esa común vara de medir pero más nos precipitamos por el ritmo, ese codiciado músico que palabrea.

Me daré por vencido, era un zorro. Siempre hay algo mutuo tras un espejo.

Tempero dijo...

Shandy:

De mi expectativa no dudes, soy engranaje de ella, de la expectativa, se entiende.

Dábale arroz a la zorra el abad.

¿Aceptas un rezo?

Tempero dijo...

Art Pepper:

no sea usted tan parco. Si es por tinta, yo le puedo ofrecer una poca.