miércoles, 1 de septiembre de 2010

Ausencia


Como un adagio
vierte todo el líquido
la ausencia sola.




13 comentarios:

Tot Barcelona dijo...

magnífico...

Amando Carabias dijo...

No sé qué decir, salvo que la melancolía de este día gris (un anticipo del otoño) me invita a descorchar esa botella.

virgi dijo...

El adagio es una maravilla. De una delicadeza melancólica y serena. Como una botella al fondo de la bodega, esperando sin prisas a que alguien la descorche.
Un brindis, querido Manuel, a tu sensibilidad.

Isolda Wagner dijo...

Me invade también la melancolía, como dice Amando. Y por una vez las fotografías me emocionan tanto o más que las letras. La primera es maravillosa y con tus versos, no hay más que añadir.
Besos en la hora dulce del atardecer.

Isolda Wagner dijo...

Vuelvo; con la emoción me olvidé de la música. Preciosa, gracias.

ZenyZero dijo...

Benditos los huecos que nos preservan de la banalidad de las cosas sin alma.

Túmulos que guardan tesoros en sus trajes de camuflaje. Si captamos su alma, nunca mueren.

Preciosas fotografías.
Muchas gracias.
Chuff!!

JosepMª dijo...

He estado ausente.
Regreso hoy.
Precisamente.
Me dedico tu página
(& la música)

Volvió el dolor a la rodilla.
Hospital.
Médicos.
Pastilla tras pastilla.

Soportar la vida.
Carpe diem.

Tempero dijo...

Miquel:

gracias, Miquel. Creo que hemos sintonizado bastante bien.

Salut.

Tempero dijo...

Amando:

Esa botella está más que descorchada. Esta dentro de una casa derruida en el término de Muñopedro (casa de los Llanos).

De todas formas, brindo contigo por uno buen otoño lleno de setas.

Tempero dijo...

Virgi:

Sabes que me gusta el vino, los adagios.
Me gustan otras cosas también.

Besos.

Tempero dijo...

Isolda:

este tipo de invasión es al que estoy expuesto a menudo. Mejor dicho: busco las ruinas, me meto en sus grietas.
Invadido se crea mejor.

Besos a cualquier hora del día.

Tempero dijo...

ZenyZero:

El alma es algo así como la alarma silenciosa de las cosas, ¿no?

Al menos para mí, la banalidad es como un caballo de batalla contra la que luchar constantemente.

Gracias a ti.

Tempero dijo...

Josep María:

No hace falta que te la dediques. Estáte/estad seguros que os dedico todo lo que hago.
Mis respetos a quienes me seguís.
Yo sigo corriendo bien. Aún no me molestó la rodilla.
Espero que te mejores.

Abrazos.