domingo, 26 de diciembre de 2010

Lo

Susurro y poema

Si te demando y acudes,
si me demandas, acudo,
si percibo que vines, ensancho.

Bajo mi muerte eso no ocurre,
que te llame, que yo vaya,
que tú acudas,
bajo mi muerte ni tan siquiera escribo,
se esconden todos los pergaminos
que invitaron a vivir,
bajo mi muerte,
acudo y silbo
a lo que ya no soy.


Si te demando y acudes,
si te demando y acudes,
ese metrónomo que espero,
tan abierto al silencio,
tan cerrado a la muerte.


Si me demandas, acudo.
Hasta en la agonía te demando,
más allá, la fuente es un recurso de los vivos,
y la nieve un pleito a favor del frío.
Por eso, demandar surge, urge.
Me amenaza la vida con vivir
y sé que tú, muerte,
eres un desperdicio
como otro cualquiera,
por eso te reto mientras ame.


Si te demando y acudes,
(y sé que ahora me oyes),
si te demando y acudes,
qué podrá hacer la muerte
sino cavilar su espera.


Si me demandas, acudo,
que sea eso un susurro estentóreo,
que la vida lo alabe por el sólo hecho
de concedérnoslo.



2 comentarios:

Alazán dijo...

Me ha coincidido la lectura de tu poema inquietante y la posterior de estos dos del poeta antequerano José Antonio Muñoz Rojas.
Pertenecen a su libro 'Entre otros olvidos', dentro de su sección Abril.
Los transcribo:

16,

Más allá?
más acá,
presencia y nombre,
lo siempre entre nosotros,
los nunca idos
por siempre me acompañan,
es cuanto necesito para orir un algo
y que siga esta sed sin la cual muero.


17,

Porque lo invisible y lo impalpable
vienen en forma de tacto, con son y gozo,
y se nos inunda el alma y podemos respirar,
eso que hacemos sin sentirlo, sin saberlo,
como lo hacemos todo, lo milagro.


Las negritas no son de los poemas, son incorporadas por mí. Feliz comunión entre poemas.

Anónimo dijo...

esta poesía es tuya? es muy buena, pero utópica. Lamentablemente a "la muerte puta" como decía darío grandinetti en el lado oscuro de mi corazón, le importa un carajo lo que alguien pueda hacer contra ella, entra sin llamar, ni preguntar si es bien recibida y se lleva lo que quiere... pero está bueno pensar que alguien es capaz de intentar defenderte frente la guadaña expectante.