miércoles, 6 de abril de 2011

Alvéolos

Por este camino siempre que paso corriendo huelo a las rosas caninas que vendrán.
Las auténticas rosas, las primigenias.
Por este camino saco los alvéolos y los lanzo a las plantas.
Esta lleno de casi todo lo que necesito para vivir.
Los fandangos flamencos siempre me estimularon: irradian.


Antonio Carrión, Fandangos, Por el camino

4 comentarios:

Hoba W. dijo...

Desde el fondo de Chavela siempre me sonríe un trío de rosas caninas. Es una sonrisa de quince pétalos completamente contagiosa, Manuel.

Tú también irradias.. :)

Besos

Tempero dijo...

Hoba:

Esas rosas tienen/tendrán siempre la cualidad de esplender.
Fíjate, ahora que ahí, en ese lugar, aún no han florecido, y la persistencia del olor es un enigma. Siempre huele, sea invierno, primavera o lo que sea. La rosa canina siempre tendrá en su dominio en acierto.

Irradiar comienza con las dos mismas sílabas que irracional. ¿Qué es lo irracional?

Besos.

Inuk dijo...

La mermelada de escaramujo es deliciosa. El enigma estalla desde la punta de la lengua hasta el velo del paladar.

En Francia y Alemania hay rincones donde la hacen de forma artesanal, es una oleada exquisita y generosa de sabor en la boca.

Una lástima que aquí aún no sean muy conocidas todas las propiedades de las rosas silvestres tanto en infusión, como en confitura, jugos, yogures, aceite...

Tempero dijo...

Inuk-Hund rose:

muchas gracias por revelarnos esa información tan jugosa como enigmática. Vamos, en mi pueblo les dices que de los escaramujos se saca una mermelada y te dicen: ¡anda ya!
Allí, en mi pueblo, de escaramujos nada; siempre se les llamó tapaculos. Debido a su alta tanicidad, el tapaculos causa astringencia.
Pero para los catarros también vienen bien por su alto contenido en vitamina C.
Lo bueno de los enigmas no te sabría decir en qué consiste. Me pregunto si sobre un enigma lo mejor es que se desvele y/o estalle o se quede así, en puro enigma. Fíjate, con las letras de 'enigma' se puede escribir 'imagen'.

Tenga como regalo este poema claro de Carlos Drummond de Andrade:

Letanía de la huerta

Huerta de los repollos, huerta del jiló
huerta de la lectura, huerta del pecado,
huerta de la evasión, huerta del remordimiento,
huerta del escaramujo y del sapo y del pedazo
de cuenco de color guardado por el recuerdo,
huerta de acostarme en el suelo a poseer la tierra,
y de poseer el cielo, cuando la tierra me cansa.