martes, 12 de abril de 2011

La habilidad del cielo

He salido de cuentas. No me queda
sino seguir al cielo y extirpar de él
su pletórico azul.
Cuando morir es renacer en seco.

La habilidad del cielo no es ser grieta.

De qué manera me permito yo el día
si ya no es el trino salvaje quien me amanece.
¿Es la hor(c)a de partir?
Que ningún comensal me ayude si hay
sobras de muerte.
El plato es una loza de tierra
que no agoniza, la memoria quiere galvanizar
las hojas más verdes.
Sucede que no cedo madera,
que los pies no me duelen al andar,
y que incluyo raíces de repuesto
para abrevar al caballo que agoniza.

Mi manera de rezar está tallada en las piedras.

Si llueve será para que incline mi terminal
de carbón hacia la hoguera, a ver si avanzo
y hablo en llama,
idioma único para quien con vida
se recuesta al sol.

8 comentarios:

Tot Barcelona dijo...

" para abrevar al caballo que agoniza."...El caballo, no agoniza...en todo caso, nuestro ser pensante...todo sigue vivo....por los siglos de los siglos...y todo permanece cambiando...pero queda...está....Salut

Tempero dijo...

Miquel:

La vie est vaste, étant ivre d'absence

Ebria de esencia al fin, la vida es vasta

Paul Valery

Cada uno relinchamos, agonizamos a nuestra manera.

Salut.

Inés González dijo...

Sólo el autor imprime la música verdadera al poema, la cadencia de la voz, las pausas, la entonación del alma.
Grandísima sorpresa nos regalas Tempero, me alegra profundamente que te hayas atrevido!
Precioso poema, junto a esta limpia imagen de árbol que se pone de pie y estalla.
Qué sería el azul supremo del cielo-universo sin él?

Tempero dijo...

Inés:

Beau ciel, vrai ciel, regarde-moi qui change!
Après tant d'orgueil, après tant d'étrange
Oisiveté, mais pleine de pouvoir,
Je m'abandonne à ce brillant espace,
Sur les maisons des morts mon ombre passe
Qui m'apprivoise à son frêle mouvoir.


Mírame a mí, que cambio, bello cielo.
Después de tanto orgullo y tan extraña
Ociosidad, mas llena de potencia,
A este brillante espacio me abandono:
Sobre casas de muertos va mi sombra,
Que me somete a su blando vaivén.

Paul Valéry (El cementerio marino)

El sol es mi predilecto, Inés. Dejo las sombras para otra vida.

Isolda Wagner dijo...

Me quedo sin palabras. Sabes que entiendo sólo parte de tus versos pero aun lo críptico me llega muy hondo. Me bastan la primera y la última estrofa, son espléndidas.
La habilidad del cielo no es ser grieta. ¡Que imagen tan preciosa!
Besos siempre, Manuel

Tempero dijo...

Isolda:

Les morts cachés sont bien dans cette terre
Qui les réchauffe et sèche leur mystère.


¡Muertos ocultos! Están bien: la tierra
Los recalienta y seca su misterio.

Paul Valéry.


¿A mí al menos se me entenderá recitando, no?
Creo que es un poema de imágenes muy vivas. Siempre me tacharon de críptico. Parece ser que continúo esa marcha.

Shandy dijo...

El poema tiene buena alquimia. Tierra, raíces y madera (resistencia), agua (emoción e intuición), cielo-aire (fuerza), fuego (energía).
El alquimista mira al cielo, como ese árbol, y no agoniza: habla en llama y talla en piedra.

Tempero dijo...

Shandy:

Le don de vivre a passé dans les fleurs!

El don de la vida ha pasado a las flores.


Me han llamado muchas cosas Shandy, pero alquimista no. Se ve que la química debe estar funcionando en mí.