sábado, 23 de julio de 2011

Habitats

Bajo tu piel un sueño no se marcha (V. Aleixandre)

El desamor, la rutina, nos anuncian que volveré a la urna umbría de sueños y palabras. Tú, sin labios, volverás, a la soledad de los parques, al hastío de la espera de un olvido, que rara veces llega a tiempo. (D.González)


( Del silencio III )

Trato de favor que hallo para esta noche,
y para todas. La sangre marea sus garras romas.
No hay donde quedarse con los ojos hundidos
porque el silencio arbitra piel sin descanso.
Silencio para largo, para el grueso de los dedos,
para la piel, silencio hasta en los huesos.

Over, Dakota Suite, de su disco Blown about moon

viernes, 22 de julio de 2011

Hábitats


( De la raíz )

Percibo si a veces no será
que la raíz conspira para retenernos.
Usa la tierra a su acomodo,
por una roca no se inhibe,
por una roca
la raíz se hace delfín
y vuelve a la tierra.

The shadow, Marie Bonie, del disco que venimos escuchando estos días.

jueves, 21 de julio de 2011

Hábitats

BOOMERANG

La ventana se abre al paisaje lejano,
callado en la distancia,
y olvidas el murmullo que de cerca te cerca.

Estás allí, muy lejos, en el grato silencio...

Y la ventana miras,
en la distancia, muda...

Y te atrapa el murmullo
que cerca te cercaba.

Rosa Romojaro, Cuando los pájaros, Ed. Hiperión

( Del recuerdo)

Como ayer, cuando los pájaros,
entrando el delirio con forma de cielo.


Little bird, Marie Bonie, de su disco In the hand of the night

miércoles, 20 de julio de 2011

Hábitats


( De la noche )

Una bóveda de sangre,
deseos con forma de ultrasonidos,
lejanos, quebradizos,
sangre llena de levadura muerta,
sangre atestada,
siempre sangre,
vuelos a favor de un diente.
El pan semidormido,
testigo de los capilares,
de los ojos.



Uldda girls, Marie Boine, de su disco In the hand of the night

martes, 19 de julio de 2011

Mi versión de la noche

19/07/11

Meto los ojos en el traje de neopreno.
Buceo. Aparto con facilidad los edificios.
Me gusta ese parentesco que tengo con la luna.
Todo lo irresistible tiene su punto de partida.

Irresistible, Marie Boine de su disco In the hand of the night

lunes, 18 de julio de 2011

Hábitats

Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde del precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan en él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adónde van, yo salgo de donde esté y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno.

J.D.Salinger, El guardián entre el centeno

( Del centeno )

Estuve entre el centeno,
entre sus cañas,
entre su vieja tradición de esconder
a quién a él se acerca,
pero no estuve como de niño,
en un círculo apropiado
que ya habíamos tramado de verde.
Pero sí hice eso que hacemos
al recordar,
descargar la memoria,
camuflarnos,
aunque sea un instante.

Hou, Anouar Brahem, de su disco Barzakh

domingo, 17 de julio de 2011

Orgasmo

Un orgasmo es una cosa muy seria. ¿Seguro? ¿O una cosa muy cachonda?
Algún día escribiré un poema-hábitat sobre el orgasmo.
En Argentina no dicen 'tuve un orgasmo' sino 'vi la cara a Dios'.
Buena combinación: siempre supuse del componente celestial del sexo.
También hay orgasmos visuales: puro deleite.
Miren cómo bailan Chico Frumboli y Eugenia Parrilla.
Siempre preferiré un buen orgasmo a un mal poema.





sábado, 16 de julio de 2011

Hábitats


( De un reencuentro )

Estaba en un pinar.
Un par de perros olfateaban obsesivamente el rastro de un gran dogo.
Elena no decía nada, sólo se dejaba oler; no decía nada.
Ella había dicho que a su perro le inquietaban los bosques; como a Ella.
Ahora no decía nada, algún cigarro para mover sus labios, nada más.
No lo encontraron.
A Elena le dio por reír.
Por la noche fue sola al pinar. El fuego comenzó por un bote de resina.
Algunas colillas se recogieron como muestra junto a la vereda.
A Elena la despertaron unos rasguñazos sobre la puerta de madera de su casa.
Olía mucho a humo su gran dogo.

Episode, DAKOTA SUITE, de su disco ALONE WITH EVERYBODY

Hábitats

( De una flor )

El mástil de una flor.
sus hojas, su pertenencia a un tiempo,
su mito cerrado.
Si hablo de esclerosis
jamás lo haré de un flor,
ella abre,
se cerciora del agua,
faculta sus pétalos.
Sobre la tierra.
Siempre.


A life unfolds, Kurt Rosenwinkel, de su disco THE NEXT STEP

miércoles, 13 de julio de 2011

Hábitats


( De un balcón )

Lo más probable de una casa
lo que más sale e incita
desde donde más se ve.
La estación más tersa
de una ausencia,
en esa casa,
y su calle condecorada
solo con la gente que anda.
No se mide mi balcón por su altura,
el suelo, el suelo es un ingenio
donde verbalizar el deseo.
Salgo al balcón y miro el suelo.
Entro a casa de nuevo.


Returning home, Iro Haarla de su disco Vespers

lunes, 11 de julio de 2011

Hábitats

( De las sombras I )

Sin hojas ya, árbol, pero con sombra. Sin vida ya, árbol, pero con sombra. Habita en mí ese aposento de tu sombra, ese viraje del sol ante lo que está quieto. Puedo verte cada mañana y saber que tu método de vida ya es la sombra. Y no me gusta, pero exclamo silencio como forma de ondular los recuerdos. Otros árboles veo en el campo y ante todos la misma pregunta, ¿quién es testigo de tu sombra? Pero de ti hablo con sílabas giratorias y acento pertinaz, árbol, sombra.


La flor de la jara

Yo amaba aquella casa
sin vientos de desgracia.

Era como mi alegre
posesión transparente.

Como la flor blanquísima
que en los jarales brilla.

Tal vez yo por entonces
desdeñara a los dioses.

Pues ni ellos habitaban
en regiones tan claras.

Y así como un castigo
perdí lo que era mío.

Un fuego despiadado
prendió en aquellos campos.

Después no quedó nada.
Ni la flor de la jara.

José Agustín Goytisolo

sábado, 9 de julio de 2011

Hábitats

10/07/2001


( De mi Padre )

Vengo para verte
y que me nombres de nuevo
el trigo con tus manos
yendo tú
hacia las espigas
agarrando una
cortándola
frotándola
para sacar el grano y ver
si ya está para la siega.

Vengo hoy
después de diez
para decirte
que este año
el trigo
mordió más sol que agua
y eso tú sabes lo que significa.
Pero siempre la espiga
es retorno
y halla deseo.

Venimos.



jueves, 7 de julio de 2011

Un poema de José Emilio Pacheco

De su poemario COMO LA LLUVIA

De un espejo a otro

1. Mar adentro

¿Quién soy, qué soy, dónde estoy?
Me hallo aquí
Ante el espejo y su metamorfosis.
El primer espejo y el último,
El mismo observado
En cuanto fui capar de ponerme de pie
Y mirarme y mirarlo todo.

Qué grave error conservar
Esos objetos de otro mundo.
No admitir que todo se va
Y así nos vamos con las cosas.

Ya que el sangriento siglo fluyó
Entre nosotros dos como el ciclón o el incendio
Ahora no veo en el espejo
Sino el abismo que avanza.

Bajo su mar adentro en tinieblas
Han de estar haciéndose sombra
Los sucesivos seres que encarnaron en mí,
Los efímeros,

Mientras se adentran en su propia edad,
Su propiedad: la era de las sombras.

2. El desierto de azogue

¿Qué hará el espejo cuando no lo vemos?

Tal vez se limpia de la realidad
En el opaco abismo de su azogue.

O sueña en haber roto la condena
De reflejar lo que no quiere.

A solas el espejo se rebela
Y anula las imágenes guardadas

En el pozo sin fin donde se ahoga
Su lado oscuro.

Y para no verse
Se abisma y muere en el desierto helado.


lunes, 4 de julio de 2011

Hábitats

( En mi tierra, sin nunca dejar de irme )

En mi tierra, sin nunca dejar de irme,
esperando la lucidez del fruto, en el vientre
de un árbol,
o de una inquieta mata,
en mi tierra
el sol empaña cualquier ficción,
el sol es el que manda,
quien previene,
quien da,
sin dejar de irme,
nunca.


Irresistible se titula este tema. Quisiera saber lo que dice.

Presagios

Una vez leí este poema de Rosa Romojaro:

Cuando los pájaros

La terraza era un juego de pájaros y ojos:
los mirlos acudían a comer las bignonias
-esos ojos-semilla en las vainas abiertas-
y después se escondían en el árbol de siempre,
ya fuera, en el camino; luego,
llegaban los gorriones y saltaban
de una rama a la otra, y emprendían
el vuelo hacia el tejado -la vista iba perdiéndolos-;
arriba, a mediodía, la queja de una tórtola
y, ya en la tarde, al fondo,
el reclamo de un búho. Invisibles los dos.
Eso era todo. Y en abril,
los vencejos, sus giros incansables.

Pájaros cotidianos, que encontraron su nido
aquí, detrás del folio. Señas
de identidad. Puntos de fuga.

Eso era todo. Un día,
dejaron de acudir
-tras la tapia, otros pájaros restallaban el aire-.

Un día,
fueron flechas nerviosas en zigzag
cruzando la terraza
-los otros, tras la tapia, aumentaban su grito-.

Un día,
las vainas rebosantes desbordaban sus ojos,
intactos en el suelo.

Un día, y era abril,
el valle quedó quieto, sin sonido.

Al fin, un día,
el día se apagó y era de día:
gañidos en el aire;
la terraza era pájaros;
en el suelo, sus sombras;
tras la tapia...¿Qué había tras la tapia?
¿Quién los llamó?





If

domingo, 3 de julio de 2011

Hábitats

( De la tierra, de nuevo )

Mi linde está en la tierra,
en lo que en ella se mueve.
Si ando, prefiero vísceras de terrones
a asfalto recién peinado.
Lo que a mí me mira desde la tierra
no tiene longitud
ni papeles oblicuos
ni merma.
Lo que a mi me mira desde la tierra
igual miro yo
sin merma.


Como el viento de poniente, El Cabrero, de su disco homónimo.



COMO VIENTO DE PONIENTE

De niño no me gustaban
los libros ni la sotana
ni salir en procesión
era tan desobediente
como el viento de poniente
revoltoso y juguetón.

En vez de mirar pal cielo
me puse a medir el suelo
que me tocaba de andar
y nunca seguí al rebaño
porque ni el pastor ni el amo
eran gente de fiar.

Empecé haciendo carrera
por atajos y vereas
muy estrechas para mi,
y decían mis vecinos
que llevaba mal camino
apartao del redil.

Como aquel que calla otorga
y aunque la ignorancia es sorda
pude levantar la voz
más fuerte que los ladríos
de los perros consentíos
y que la voz del pastor.

Siempre fui esa oveja negra
que supo esquivar las piedras
que le tiraban a dar.
Y entre más pasan los años
más me aparto del rebaño
porque no se adonde va.

Como aquel que calla otorga
y aunque la ignorancia es sorda
pude levantar la voz
más fuerte que los ladríos
de los perros consentíos
y que la voz del pastor.

sábado, 2 de julio de 2011

Palabras a salto de mata: intravenoso


Mi amiga Inés tiene hecho un pacto con el lenguaje. Me río siempre que abre la boca para describir lo que mira. Simplemente -y mira que se lo he dicho veces- tiene una agudeza literaria y asociativa tremenda. Mientras nos fumábamos un cigarro en una placita cercana a la calle de la Montera salió esa pareja. Sin dudar un segundo me dijo: 'Mirá Manuel ese pantalón intravenoso de la niña'. Dio en el clavo. Reí.

viernes, 1 de julio de 2011

Hábitats

( De otro sueño )

Hacía calor en una calle llena de gente inamovible. No sudaban. Todos llevaban sombrero de paja.
Entré en una iglesia por venirme un golpe de frescor al pasar a su lado. No había ningún banco. Había señales de tráfico junto a las grandes columnas. De limitación de velocidad la mayoría. Empecé a caminar lentamente por la nave central. Me detuve al oler a humo de cigarrillo. Salía de detrás de una de las columnas. Vi el humo y una señal de prohibido. Tosí. Un dogo inmenso salió detrás de la columna. Se fue a la calle ladrando. Fumaba una mujer recostada y con los ojos cerrados. Sus manos eran bellísimas, verticales.

El pas del temps, Toti Soler