lunes, 16 de mayo de 2011

Autopsia de una flor


Morir así,
desordenando los pétalos hacia las piedras
y hasta ayer tan verde. Morir así,
con tu olor desdentado.
A simple vista,
un desván de hoces
tenías en la cintura.
A simple olor,
un perro moribundo
se acercó a ti.
Ya sé,
por tu tallo,
que una puñalada de sol
intervino en tu vida.
Qué más decir a tu lado
y no seguir sangrando raíces...



Petenera de Luis de Córdoba

El cuerpo como los mimbres,
tenía la Petenera
los colores de su querer,
madre de mi corazón,
los colores de su cara
el color de la canela,
y sus ojos el reflejo
de la amargura y la pena.

Ay, cuentan que la Petenera
tenía dolores de muerte,
también los he tenío yo,
mare de mi corazón
también los he tenío yo
que no me dejan ni verte
y estoy muriendo de amor.