martes, 2 de octubre de 2012

La Pera

¿Quién me dijera, Elisa, vida mía /
  ...                                                   Garcilaso de la Vega



Debía saber que te tenía aullando.
El monte, el suburbano eran nuestros.
Nada hay que modere tu gigante llanto,
la lluvia o los líquenes, quizás. 
                                                 Añade el musgo
a ese entorno de berrea que nadie escucha.
Mientras caigo al hambre, abro la piel
de una Pera y la finjo eterna.
Al tercer día cambia de músculos,
se aúnan todos y desaparecen.


Avec le temps  interpretado por Carlos do Carmo y Bernardo Sassetti

4 comentarios:

Inés González dijo...

Siempre me ha aterrado el concepto de eternidad, será por eso de "Dios es eterno", que grabado me quedó en las pocas clases de religión que asistí en mi infancia; como contrapartida siempre me fascinó lo efimero, lo breve, el concepto de movimiento, cambio, y mutación.
La eternidad inventada es otra cosa, eternas son la "Cárceles de invensión" que en su delirio febril creo Piranesi, o la suite Nª 2 para chelo de Bach, o esta pera en oxidación que yace sobre la blanca losa, para hacernos temblar y sonreir, mientras imaginamos o deducimos cómo es su sabor.

Tempero dijo...

Inés, sobre un plato de porcelana o loza reluciente. No adelantes acontecimientos ni días de difuntos. Dejé ahí la pera, por cierto, riquísima, en su punto. Una pera de agua de verde alzado.
¿¡Cómo no vamos a inventar la eternidad con lo efímeros que somos!?

Besos, Negra.

JosepMª dijo...

Casi todo es relativo.
Nosotros.

El Tiempo es Absoluto.
Y el Espacio.

Ni nuestros instrumentos
ni nuestra mente
son capaces de abarcar
más allá de nuestras neuronas

De todas maneras,
se agradece
la efímera dulzura
de una pera.
El breve perfume
de un beso.
El fugaz sabor
de un Suquet Calero(*)

(*)
http://www.ametllamar.cat/turisme/es/gastronomia/

Abrazos.

Tempero dijo...

Estimado Josep:

Buena me la has liado con la presentación gastronómica de esa localidad costera con olivares de por medio.Veo que hay cultivos hasta a pie de mar. ¿Son naranjos, olivos?
No sé con qué quedarme, con aceite, con butifarras, con miel. Me gusta todo. Mar y tierra, ¡qué más se podría pedir! Y encima me pones en el paladar el suquet calero: te respondo con esta hermosura y esta gracia:

http://youtu.be/YMvtaG5fdPE

Y tras la digestión a ritmo de samba te remito estos versos del reazonamiento de Martí i Pol que se mete con el tiempo implacable (qué sería de no ser implacable):

No perdona, la vida, i tanmateix és justa:
restitueix afectes i propòsits
a la implacable dimensió dels temps
i mai no concedeix ajornaments ni treves.


Algo, algún día no hemos de tomar juntos, Josep.

Abrazos.