jueves, 29 de noviembre de 2012

La tierra


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Nuestra vida es un zurcido de días dispersos, un harapo de tiempo cosido a otro harapo.

                              Francisco Umbral, Un ser de lejanías.




He de quedarme.
He de quedarme y sentir sólo el privilegio de la tierra.
Llevo ya tiempo diciéndomelo, diciéndoselo,
calzamos el mismo pie.
Y si germino hacia adentro, ella lo sabe
desde su más sabia hegemonía.
Y si muero, será ella quien me diga,
calzamos la misma tierra.

Tanâsim, parte 1; TRIO JOUBRAN

4 comentarios:

Inés González dijo...

Me gusta la palabra "harapo", será esta Adormidera el resultado de varios harapos superpuestos, amasados, compactados?
Su boca múltiple nos sonríe, y nos invita a calzar ese mismo pie, aunque yo a diferencia de vos no se lo diría a la tierra, sino al espacio inabarcable, sin límites ni ataduras.

Inés González dijo...

Por cierto, ya te la afané, así que no te gastes en enviármela. Unos de estos días aparece mordisqueado el algodonoso papel Zerkall para deleitarnos una y otra vez.

Anaís dijo...

He aquí un hombre ligado a la tierra.

Este poema es grande. Una oda a la madre tierra, o un homenaje, o un panegírico.

Grande.

Tempero dijo...

Algo de líricos son los panegíricos, Anaís. Lo onírico ya es otro sueño.

Ese poema si lo llevaría a letra impresa. También me gustó a mí.