sábado, 24 de noviembre de 2012

Quieta

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Amor, amor que em crides quan no hi sóc,
¿per quins camins massa sovint te'm perds
si et duc al sexe, al cor i al pensament?

                                 Miquel Martí y Pol





En una esquina está mi voz,
con el pulso a la espera,
recogiendo caminantes lentos,
tímidos cantares y balcones vivos.
Podrías ser tú,
quien desde arriba me mira,
o la que me susurra en lleno,
o quien, de espaldas, figura un tiempo.



Fragile, de Akira Kosemura


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5 comentarios:

América dijo...

A mí, el tema y el piano de Akira Kosemura me ha dejado sin palabras.

JosepMª dijo...

De nuevo,
llamando al amor perdido.
Otra vez
gritando su nombre.
Caminos.
Esquinas.
Balcones.

Sólo hay una solución:
Decirselo.
Clarito y sin versos.
Ya.
Aunque se desplome el cielo.

Es muy sencillo:
No hay más que dos respuestas:
Una es SI.
La otra es No.

Y, sea cual sea la respuesta,
te juro
que respirarás mejor.

(Bueno,
al principio del No,
cuesta un poco)




Tempero dijo...

R., mi abanico no es tan hermoso como el tuyo. Pero en música sabes que soy muy inquieto, desde las vitales piqueteras de tu tierra hasta el piano de Kosemura el abanico es inmenso. Vamos descubriendo, oyendo, discriminando. Este tema a mí también me encandiló.

Besos.

Tempero dijo...

Josep, eres único. Me reí mucho con tu comentario. Vamos, que es como si tú y yo frente a frente me hubieses dicho, Manuel, déjate de hostias y versos y pronúnciate. De la duda se encarga la guillotina.

Respirar bien es un principio activo.

Los poemas del amor y del desamor tienen demasiado ovillo. Los míos, aunque sólo sean un cabo, pero pertenecen al mismo.

Abrazos, amigo.

Anónimo dijo...

Ella t'estima, ximple. Per què si no anava a odiarte tant? Per què si no es va sentir tan dolguda? Per què si no una sola paraula va poder fer tant de mal? El que sí que sap és que mai la vas estimar, i això no té remei.