sábado, 15 de diciembre de 2012

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Edad, edad, tus venenosos líquidos.
Edad, edad, tus animales blancos.

Antonio Gamoneda, de Lápidas.







Después de habernos ido
piedra, tierra, árbol,
árbol, piedra, tierra,
igual me da el orden,
porque después
el relincho no hallará
hierro.


after we had parted,  Martin Tingvall


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7 comentarios:

Inés González dijo...

Edad, fue el primer libro que leí de Gamoneda, nunca olvidaré las circunstancias, había venido a Madrid a dar una lectura en la Facultad de Filología.
El claustro estaba lleno, y Don Antonio con su sencillez nos deleitó más de dos horas, corría el año 90 y tantos.
En Edad está todo, toda su esencia, sus primeros pasos y las bases para lo vino de después.
Este poema que has puesto me gusta muchísimo, lo tengo marcado en mi librito negro.
Te dejo este otro inmenso de Exentos I

Sé que el único canto,
el único digno de los cantos antiguos,
la única poesía,
es la que calla y aún ama este mundo,
esta soledad que enloquece y despoja.

un abrazo fuerte

JosepMª dijo...

¡Qué belleza de construcción!
¿Es un refugio o un aljibe?

Estoy en contacto
con un grupo de ámbito comarcal,
que tiene como objetivo
localizar,
fotografiar,
catalogar
y ubicar en un plano
todas las construciones
de este tipo,
que aquí llamamos
_de piedra seca_
Creo que son
un tesoro extraordinario.

La vida
de la tierra.

No me lamento
por la edad.

Un dia aflorarán
todos los venenos.
Y una gota
de Misericordia
los transformará
en agua de rosas.
Pero, antes,
habremos de tragar
muchos sorbos
de dolor.

Negras tormentas
agitan los aires.



Tempero dijo...

Inés, bien sabes de aquel encuentro que con Gamoneda tuvimos en Toledo, Gamoneda, Claudio, nuestros son y grandes poetas feraces en la tierra seca.
Grandes su EXENTOS. Sí, el único canto a las cosas es la gran poesía la que creo (y hacia donde voy) es fronteriza al silencio.

Tempero dijo...

Josep: es un refugio, un refugio de los pocos que quedan en pie íntegros. Vi muchos por el Maestrazgo este año. Son un prodigio de utilización del material de deshecho que estorbaba a la hora de cultivar. Toma lección de arquitectura. Ahora consentimos que se destruyan o autodestruyan por el tiempo los bongos, pues así se llaman estas construcciones en la zona de la Mancha.

Negras tormentas; o Avisos negros a los que hace referencia Gamoneda en el mismo libro de donde extraje el poema de cabecera:

Nada se esconde al gavilán inmóvil; arden sus ojos amarillos
y ésta es su narración : aguas enfermas, mendicidad de rostros invisibles.


Un abrazo.

América dijo...

Entre poetas me vea: sentidas y profundas letras .Observando la imagen definitivamente parte del encabezado de tu blog cobra otro sentido para mí, “Algo siempre alberga alguna cosa”. La melodía de Martin Tingvall es de aquellas que no necesitan letra, es absolutamente hermosa y adictiva, sus notas se quedan pegadas en la memoria.
Propicia la ocasión para desearte unas felices fiestas.
Feliz Navidad y Prospero Año Nuevo 2013 en compañía de tus seres queridos.
Un abrazo.

Tempero dijo...

R., Tingvall entró a mí de un modo muy especial. Es un un tipo de jazz y una música muy recomendable.

Y mucha razón tienes: entre verdaderos poetas nos veamos. Entre las buenas gentes.

A ti y a tu familia vayan devueltos mis mejores deseos, incluidos a Venezuela entera.

Besos.

Carlos dijo...

¡Madre mía! ¡Gamoneda! Olvidado que lo tenía desde la EGB, y ya paso la cincuentena. Y es que la memoria es tan flaca, y hay tanto que recordar. Gracias, Tempero, por devolvérmelo.
(http://guerraypaz-carlos.blogspot.com.es/2012/11/jussi-bjorling-cilea-larlesianna-il.html)