lunes, 25 de marzo de 2013

Branquias


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Para la lenta nada
labora el mar paciente eternidad.

Roberto Alifano, Elegía del mar.




Piel como afluente.
¿Dónde habita la tempestad,
o la mano que flota?



Logos, de ABE RABADE

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8 comentarios:

Anaís dijo...

La piel como afluente. ¿Cuál es su rumbo? ¿Adónde se encamina? La tempestad, me temo, habita en nuestro interior. Somos duales: he ahí la tormenta.

Hermosos versos matinales.

AbrazoCeres

JosepMª dijo...

Piel:
Envoltura de carne.
Laberinto
en que queremos perdernos.
Laberinto
que enamora
sin solución de salida.
Y, aún saliendo,
laberinto
de memoria.

_¿Dónde habita la tempestad?_

En la mano
que acaricia
otra piel.

Pero en tu fotografía
aparece
el previo aviso:
Corcho,
sedal
y el invisible anzuelo
que mordemos,
para seguir vivos.

O morir amando...

Ventana indiscreta dijo...

Leyendo los dos comentarios anteriores infiero que se ha tomado la bifurcación del eros, la pasión la pulsión. Puede que así sea, conociéndote. Pero yo digo: tu entrada abarca los cuatro elementos de la Grecia clásica aire, por las branquias; agua, por el mar; tierra, por el hormigón del ¿posible? puerto y fuego, por la tempestad.
La mano es necesaria como afluente, sin duda: ayuda, acaricia, eleva.

Y para todo está el logos, esta vez no sólo en forma de palabra sino a través del hermoso piano.

Lo dicho.

Tempero dijo...

A. mira si eres preguntona, yo se de campo. A mí pregúntame si la digitalis purpúrea adormece, o si el verbascum o gordolobo atonta a los peces o si el llantén abre los pulmones. Pero sobre el rumbo de la piel las preguntas son complejas y llenas de veredas. Se me ocurre un rumbo: hacia la caricia.
Sobre la tormenta he de decirte que hay quien lleva pararrayos incorporado. Yo no.

Abracebada.

Tempero dijo...

¿Qué, Josep? ¿Que esta mañana cogiste el bisturí para abrir la piel de mi entrada?

Perfecta, sin cloroformo. Te doy cum laudem, o si lo prefieres te agradezco tu certera incisión.

Abrazo, amigo.

Tempero dijo...

S. ¿Cómo era ese dicho de 'a lo dicho pecho'? ¿O era a 'lo hecho'?

Cernuda lo tenía más fácil con respecto a las palabras, al menos aquí:

No decía palabras,
Acercaba tan sólo su cuerpo interrogante,
Porque ignoraba que el deseo es una pregunta
Cuya respuesta no existe,
Una hoja cuya rama no existe,
Un mundo cuyo cielo no existe.


Y sin cielo no hay tormentas, ¿o sí?

Besos.

Anaís dijo...

Eres campo, Temp, la mirada curiosa que captura los detalles, de eso no cabe la menor duda.

A mí, en cambio, pregúntame cuáles son los símbolos de los poetas románticos, su incesante búsqueda, y por qué el Romanticismo sigue siendo un movimiento tan poderoso y tan vigente hoy día. Pregúntame en qué consiste el método compositivo de Edgar Allan Poe, o qué es la corriente subterránea de un poema.

La melancolía es el mejor de los tonos poéticos. Por eso me adentro en la piel, en el submundo, en busca de itinerarios recónditos.

Mi abrazo

Tempero dijo...

An. toma estos cuatro primeros versos del soneto REVE de un simbolista francés:

Je ne puis m'endormir, je rêve, au bercement
De l'averse emplissant la nuit et le silence.
On dort, on aime, on joue. Oh! par la terre immense,
Est-il quelqu'un qui songe à moi,dans ce moment?