viernes, 22 de marzo de 2013

Granilla


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Hablé esta mañana con mi madre. A sus ochenta y cinco años la tele es una pantalla de entretenimiento. Algo tiene te tabla de salvación cuando aún se vive solo. Ella vive sola. Me dijo que llevaba tres días sin tele, que le había tocado ya todos los botones y que de la pantalla sólo salía una granilla. Hacía tiempo que no escuchaba esa palabra en ese contexto. Ahora la tele es una emisión continua en cualquier cadena. Cuando yo era pequeño y se acababa la programación  veías la carta de ajuste. ¿Y qué habría que ajustar? Y a veces se iba la emisión por deficiencias técnicas y aparecía la granilla. Hoy esa palabra pronunciada por mi madre ha vuelto a cobrar un sentido de simbiosis con mi infancia y con el paso del tiempo. Lo que atrás se quedó y lo que vendrá.

La imagen hoy: elegida por su nitidez.

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6 comentarios:

Maite Jiménez dijo...

Precioso!

JosepMª dijo...

Árbol muerto.
Ave viva.
Hermana Vida.
Hermana Muerte.
En perpetuo
equilibrio
inestable

Las ramas secas del vegetal
tienden al inmenso azul.
Como las alas de la cigüeña.

Preciosa combinación
de colores:
Azul.
Negro.
Blanco.
Grises.
Y el rojo pico
del pájaro.

Esta fotografía es de agárrate.
Y, como apuntas,
absolutamente nítida.

Mi madre
tiene 83 años.
La televisión le ayuda a vivir.
Más que las pastillas.



Anaís dijo...

Nuestros escritos están hechos, sobre todo, de una inmensa parte de cotidianeidad, esas tareas y hábitos diarios que cobran importancia porque a través de ellos respiramos. La vida. Coger el metro, asistir a clase de yoga, comer con la familia, jugar con nuestros hijos, escribir una carta, hacer la colada, leer un libro o ver la tele.

Para tu madre ver la tele no es solo ver la tele. Es una manera de estar en el mundo. El ser humano es un animal social, por ende, si vivimos solos, nos buscamos estrategias de conducta para estar menos solos: por eso la televisión se convierte en una compañía.

La poesía de tu texto se ubica aquí:

"Hoy esa palabra pronunciada por mi madre ha vuelto a cobrar un sentido de simbiosis con mi infancia y con el paso del tiempo. Lo que atrás se quedó y lo que vendrá."

La imagen: ¿grulla?

Abrazo contrigo

Tempero dijo...

Beautifull, schön, Maite.

Tempero dijo...

Ya casi obsesivo en mí es el pronunciamiento de la muerte y el alzamiento de la vida: pero cuando es porque sí, porque la vida deja de ser imbatible. Así la vida sí, así la muerte es el normal curso.
El vuelo será siempre nuestra metáfora más terrenal y el azul nuestro color más propenso.

Cuidemos la vida, Josep.

Un abrazo.

Tempero dijo...

A.

El mayor derrumbe que acontece en una persona cuando se hace mayor viene con la inactividad. He visto cómo se desmoronan gente conocida en las residencias. La clave de este desmoronamiento es la cotidianeidad. Poder ir a por pan hasta el último día de la muerte, o poder abrir la ventana para ver cómo ha amanecido el día. Poder mirar hacia arriba cuando escuchas un canto. Sin lo cotidiano. defiendo a ultranza lo cotidiano dentro de la naturaleza: cuando esto se desequilibra el hombre se desencaja.
Por diversas razones en la generación de nuestros padres entró mas la tele que un libro. Lo que yo no comprendo es a la generación de los jóvenes actuales, entronizados por los mass media.

Tienes olfato poético, A.
Ahora a cultivar el olfato ornitológico.

Abrazo centenario (por cambiar de cereal, el centeno).