viernes, 15 de marzo de 2013

Huella


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En la boca es donde tengo
aquella huella canina,
aquella incisión paralela
a ese templo efímero llamado vida.




La boca,  poema de Miguel Hernandez, interpretación en malagueñas de Pitingo


Boca que arrastra mi boca.
Boca que me has arrastrado:
boca que vienes de lejos
a iluminarme de rayos.
Alba que das a mis noches
un resplandor rojo y blanco.
Boca poblada de bocas:
pájaro lleno de pájaros.

9 comentarios:

Tempero dijo...

Dejo aquí, en la puerta de atrás, esta escena final de Blanca Varela


ESCENA FINAL


he dejado la puerta entreabierta
soy un animal que no se resigna a morir

a eternidad es la oscura bisagra que cede
un pequeño ruido en la noche de la carne

soy la isla que avanza sostenida por la muerte
o una ciudad ferozmente cercada por la vida

o tal vez no soy nada
sólo el insomnio y la brillante indiferencia de los astros

desierto destino
inexorable el sol de los vivos se levanta
reconozco esa puerta
no hay otra

hielo primaveral
y una espina de sangre
en el ojo de la rosa.

Inés González dijo...

Este verso de este gran poema, me recuerda muchísimo a Borges:


o tal vez no soy nada
sólo el insomnio y la brillante indiferencia de los astros

A pesar de toda la lucha esgrimida, de todas las huellas, de todas las pasiones, de todas las heridas que marcan nuestra condición de humanidad, siempre la espina de la nada sigue golpeando como duda. Una duda sin solución matemática, y que a la vez nos humaniza aún más, qué coño es el hombre en definitiva?
Huyo del narcisimo, del atrio y el pedestal y abrazo la nada bajo la brillante indiferncia de los astros.
Gracias Tempero por estos regalos, aunque me falta escuchar tu melodía, ya sabes de mis sectarismos ultimamente, anoche me pasó con George Harrison en un tema que amaba, no lo pude escuchar, su voz parecía la de un mequetrefe, estaré poseída?

Inés González dijo...

No está mal este Pitingo, pero me molesta un poco esas estiradas, esos floripondeos con la voz.
Me gusta como pronuncia la "j".
Me quedo con la guitarra que suena limpia.
besos

JosepMª dijo...

Me emocinó
una simple huella de perro.
Por volver.

Huella:
Lo único que queda
tras nuestro paso.
Y se borrará.

Seguir y seguir.
Aunque chirríen los ejes.
(como Yupanqui)

Hemos de aprender
a seguir el camino.
Hemos de saber llegar
hasta el final
de nuestro camino,
con las manos limpias.

Traspasar la última puerta,
respirando
misericordia.

Miguel Hernández
es sol y agua.
Es voz y libertad.
Es grito.
Es la fuerza de la tierra.
Es ojos, boca, abrazo y amor.
A pesar de su vida,
de su prisión,
de su enfermedad
y de su muerte.
Solamente
se puede cantar
en flamenco.
Otra música será vacía.

Inés.
Me ayuda tu:
_Huyo del narcisismo,
del atrio
y del pedestal_

Tempero.
¿Qué nos importa:
_La brillante indiferencia de los astros?

Hoy está hermosa
la pantalla
de mi PC...

Inés González dijo...

Y a mi me ayuda tu dignidad Josep, ese recordarnos que a pesar de todo hay que seguir, y respirar, y lavar las manos, siempre.
Gracias por tu sabiduría y por traerme a Don Atahualpa, él sí que también rebosaba dignidad!
Te voy a contar un anécdota muy íntima.
Don Atahualpa era muy amigo de un viejo y querido guitarrista amigo de mi familia, Don Federico Nieva, brillante folclorista del norte de Argentina.
Ferderico tenía un bello pájaro, un rojo cardenal, un ejemplar muy curioso lleno de misterio, vivió muchísimos años.
El día que murió Don Atahualpa, que estaba en París en ensayos previos a un gran concierto, el cardenal anunció desesperado una funesta noticia a Don Federico. El animalito comenzó a golpearse el cuerpo en los barrotes de la jaula.
Chillaba desesperado sin parar, Federico conocedor de los heraldos negros, dijo con el corazón roto, "mi amigo se está muriendo".
Y así nomás fue.
Un abrazo muy fuerte querido Josep!

Tempero dijo...

Inés, como sé que vienes del mono, te dejo este poema de Blanca Varela titulado AUVERS-SUR-OISE y que ella misma recita. Atiende, sobre todo, a la segunda parte, esa que comienza, con:

Tal es primavera

Sé que te gusta más el suelo que los pedestales. Y no te digo sobre estar tumbada en el suelo en un día caluroso de verano.

Un beso.

Tempero dijo...

En este tema Pitingo me ha sorprendido con su voz sin aristas, su templanza. No lo soporto en sus soulerías. Inés, el flamenco puro cuando te entra te penetra. Palabra de flamenco.
Otro beso.

Tempero dijo...

Si por algo me fascinan las huellas es porque son el antes el punto y seguido. Una huella es una oración larga; o una penitencia. Una huella nos dice simplemente que alguien pasó. Tú decides seguir, pensar. Las huellas antes del hielo (como la de la foto) son un prodigio: permiten hasta una caricia sin que se desmoronen.
Estoy en una etapa muy escéptica con respecto a esta especie que del mono ha e(¿in?)volucionado. Y encima sé que somos la nada más indiferente. Pero sigo, no en la brecha, que nunca estuve, sigo en mi intimidad. Y con vosotros la comparto.

Sirvan estos versos de Blanca Varela para tus preguntas propuestas. De un libro suyo: ESE PUERTO EXISTE.


VII

Despierto.

Primera isla de la conciencia:

un árbol.

El temor inventa el vuelo.

El desierto familiar me acoge.

Alguien me observa con indiferencia.


Abrazos, amigo.

Tempero dijo...

Josep: quise decir que las huellas son el ANTES del punto y seguido.