martes, 26 de marzo de 2013

Olhar

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 de Bernardo Sassetti, de su disco NOCTURNO

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6 comentarios:

Inés González dijo...

Qué sabios estos pequeños caracoles! Han escogido un albergue multifuncional: seguridad por la forma y las paredes carnosas de la atrincherada planta, humedad para el alimento necesario, y un pararrayos soberbio y desafiante! Ellos sí que están protegidos!
El Nocturno delicado e intimista.

JosepMª dijo...

La hoja de pita,
con punta de lanza,
deviene refugio de caracolillos.
¿Llegaron aquí por casualidad?
¿Acordaron venir?
¿Los ocho?

Aquí estarán bien,
hasta que llueva.
Pero
si es año de sequía,
al final del verano,
sólo quedarán,
pegados,
los caparazones
vacíos.

¡Que llueva,
que llueva!
...

Conseguir estas fotografias
es un don,
que no poseo.
Pero las disfruto
tanto
como vosotros.
Ya me vale.

Anaís dijo...

Los caracoles agrupados en la hoja carnosa y acogedora: una imagen que es amiga de los gasterópodos que yo también fotografié. La pieza musical que has escogido es un bálsamo; los caracoles se balancean levemente y la bailan debajo de sus conchas.

Tempero dijo...

Albergue mutifuncional,pararrayos soberbio y desfiante: Negrita, eres un oleaje de ajustadas metáforas.

Un beso de viernes.

Tempero dijo...

Conseguir esas fotografías no es un don, Josep. Sólo se trata de toparse con las cosas. De todas formas lo que si advierto yo como don es la transmisión del alma de las cosas, personas, animales. Ahí radica la gran fotografía: en ese plus del traspaso, transferencia, en ese decir más.
Por ahora, este año, grande en hierba y caracoles: ¿será que la lluvia es la única que no se halla en crisis?

Un abrazo fuerte.

Tempero dijo...

A la luna lenta,
el caracol y su lema,
y su labia,
que casi al callar dice.


Un pequeño poema en forma de bálsamo, An.