viernes, 20 de septiembre de 2013

Liebre negra

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Liebre negra,
vertida tu longitud sobre el fuego,
la forma de manar,
el clavo inquieto,
cielo analfabeto donde todo está escrito,
carrera rota en el cráneo del fémur,
se fuma la tierra su propia ceniza,
lo veloz ya no es criterio del sol,
liebre negra,
ojos reventados en el cañaveral,
agua con tanta sed,
el plomo se va con su etiqueta rosa,
el tiro y la indecencia de su sombra,
el esqueleto de la sangre,
liebre negra,
el silencio martirizado del campo,
la funda asequible para el habla,
lo inmóvil,
el incremento de la nada,
liebre negra:
eyaculación de certezas.

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3 comentarios:

Inés González dijo...

Uffffff qué pedazo de poema Tempero!
Esta Liebre mirada cristal con reflejo, se lo merecía.
Te felicito, un poema inmenso no sale todos los días
Un gran abrazo

JosepMª dijo...

La muerte
siempre tiene los ojos abiertos.
Esta mirada helada
es (aún) más sobrecogedora
que el grito
de ayer.

En Australia,
donde los conejos son una plaga,
acogieron, esperanzados,
el invento de un sabio doctor,
se llama Mixomatosis
(la peste, no el doctor)

Hace años,
otro sabio
inventó una vacuna
contra la Mixomatosis.

las Sociedades de Cazadores
acogieron, esperanzados,
el nuevo invento.
Vacunan a los animales,
en criaderos,
y después los sueltan
por el bendito campo.

Y las liebres
que se libran de la enfermedad,
sufren el acoso
de los humanos armados,
durante toda la Temporada de Caza.

Liebre muerta:
festín de hormigas.
Y no tardarán los moscones...



Marga dijo...

Bellos versos para definir este cielo analfabeto que es el nuestro: esa forma tan indecente y fea que tenemos de hurgar en lo que nos rodea.