viernes, 24 de enero de 2014

La tinta y su ansia XIV


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Cuando me fatigo, pongo
en el cielo la mirada:
es gris y hay viento racheado
jugando por las esquinas
como un niño en tarde libre,
como alguien un poco ebrio.

Antonio Martínez Sarrión de POETA EN DIWAN



La brújula ya no funciona: cagó en ella un pájaro.

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2 comentarios:

Inés González dijo...

Esta brújula así, con este texto breve, sí que saca fuera de juego con respecto al poema de Martínez Sarrión, donde la contemplación y vuelta a la niñez sólo provoca la ebriedad del gozo.
Las brújulas apalancadas, desnortadas, y empastadas son tristes, como las notas de ese Viaje de Erik Satie.
Los excrementos sirven de abono natural para hacer reverdecer, pero curiosamente la de los pájaros, dicen los expertos, sirven para corroer...

Tempero dijo...

Querida Inés, cuando elijo un poema de alguien para acoplarlo a mi foto solo intento el contrapunto. Esos excrementos en la hoja de adelfa significan vida, pues los pardales no hacen nada más que reventar su gozo entre su espesura.
Yo solo miro y detecto vida aunque los puntos cardinales se viertan a capricho.
Un beso fuerte.