sábado, 16 de septiembre de 2017

Mi casa descasada (II)

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De par en par
se abre el dolor.
Ni un enser vive.
Huecos del despertar
se hallan aún
tras el umbral:

la memoria como reloj azul,
el pan ya como fósil,
el viento sin estrías de sexo.

Una retama al irnos
nos pone un andén
de una estación vacía.

Respiro,
abro las ventanas,
de par en par.