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Hoy te volví a ver desde lo alto,
tramé lo que queda de mí en ti,
será fértil la sombra de tu árbol
cuando llegue el estío.
Que amanezca
y con sólo mis ojos
ejecutaré el único deseo
a un árbol vivo: perdura.
Perdura tu fruta, tu cántico.
tu mayor silencio.
tu mejor postura.
Hablaré de lo que tú me hables,
dividiré lo que que des.
Tú y tu árbol, sin duda.
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