jueves, 29 de octubre de 2009
Mujer viva
Bien sabemos los segovianos que Segovia es un balcón flotante desde el que ver a esa mujer que lo es todo menos muerta.
Admirarla así, enaltecida de retamas en primavera o repasada por la nieve.
Siempre viva, granítica, luminosa.
Mujer muerta germinal, alusión aérea.
Por hoy, y por muchas, las veces de sentirte.
Las de cantar tu registro amoroso.
No detendremos tu agua, serán de probarla nuestras ansias.
Colgaremos tus besos, ésos que al mirarte nos solucionan parte del reposo.
Desde mi balcón flotante
fui colgando tus besos
y ahora todas las noches
repican con el viento.
Corazón mio no llores
ni tengas penas
que si tu pasas fatigas
otros arrastran cadenas.
Que me he salido a asomar,
ya no me arrimo a las rejas
que me solía asomar
que me arrimo a la ventana
que cae a la soledad.
Deseando una cosa parece un mundo
luego que se consigue tan sólo es humo.
Tan sólo es humo niña, que parece un mundo.
Que soy piedra y puede ser
olvídame, pero advierte,
que soy piedra y puede ser
que algún día en mí tropieces
y en mí vuelvas a caer.
El sarmiento en la lumbre
y el que se enamora.
El sarmiento en la lumbre
y el que se enamora
por un lado se enciende
por otro llora.
La iglesia se ilumina cuando tu entras.
Y se llena de flores y se llena de flores
donde te sientas.
De bronce, compañera no más golpes,
mira que no soy de bronce,
mira que una piedra se quebranta
a fuerza de muchos golpes.
Bajo sus pies, bajo sus pies
florecía la mañana.
Y su cabello tenía la cara
de una intacta.
Al andar de la paloma
al andar tu te cimbreas
al andar tu me pareces
un ramo de flores que se balancea.
Tú me pareces un ramo de flores
que se balancea.
El ibas sólo tambaleándose
borracho de amor
borracho de hambre
borracho quién sabe.
Poema de Pedro Garfias musicado por Enrique Morente.
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