Motivado o no por la anterior entrada, lo cierto es que este microrrelato ha surgido:
Al romper su saco vio cómo y cuánto lloraban sus enemigos.
Acotaciones innecesarias:
Piénsese que no se le rompió.
A uno le acuden, normalmente, más amigos que enemigos.
De llorar hay muchas formas. También hay lágrimas secas.
miércoles, 16 de diciembre de 2009
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