
Puerta, ajustada,
establecida en la serenidad.
Quédate con ese hueco para
si alguien me recibe. Entrar
sería toparnos con silencios
parlantes, esa longitud del abandono
tan dedicado al campo. Para recibirte
a ti, lumbre alzada, inquieta danza.
Siempre hay algo que cruje, algo que empuja, algo que precisa ser observado. La sensación de que alguien alberga algo, o de que algo siempre alberga alguna cosa.