Manuel, tu sonrisa irónica, tu melancolía, tu dolor. Y tu sonrisa abierta cuando de vez en cuando te decía que alguna cosa estaba bien
mantida. Usabas esta palabra para definir los árboles hermosos y con buen porte que nos encontrábamos. Manuel, tus acuarelas, tu ventana, las huertas y los vinos. Manuel, tu silencio siempre en alerta. Manuel, tu forma sencilla de convivir en en la naturaleza, tu vínculo con
ella. Yo estoy on line
con la naturaleza, nos decías. Tu concepto del tiempo como algo que sucede no como algo que pasa. Manuel, tu forma de retirarte. Manuel, por compartir una siesta a 35 grados bajo un carballo. Manuel, por ser tú mi maestro de ceremonias en ese bautizo en pelotas bajo la hermosa cascada en el paraje de
O Carabullo, en la Ribeira Sacra. Manuel, por las noches y tu vitalidad de búho. Manuel, por quienes saben del gozo de eso días de atrás. Manuel, por tu forma tan galante de esa forma de bailar la canción que añado. Manuel, por tus ojos. Manuel, por tu forma de comulgar con el aire, por saber olerlo tan bien. Manuel, por nuestro abrazo.
Manuel.
Manolo Sanlucar, soleá por bulerías, 'De capote', de su disco TAUROMAGIA