martes, 11 de junio de 2013

Nido II

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Mucha voz queda en el fondo de un nido.
Nuestro volar ni siquiera incipiente,
no hay Ícaros ni desde un primer piso.
Mucha voz queda: se nos plantan
desde las alas más diminutas
hasta la longitud migratoria de más sol.
En el fondo de un nido
siempre se halla esa guata ergonómica
que mide el calor en vida.
Oigo a mi semejante
y sé que no vino volando.
Echo de menos unas alas.



Near light, OLAFUR ARNALDS

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3 comentarios:

JosepMª dijo...

Si los nidos
pudieran hipotecarse,
ya serían de los Bancos.
Y los pajaritos,
deshauciados.

........

En aquél tiempo,
después de la Gran Batalla
(En los Cielos)
El Señor
preguntó a sus ángeles
(partidarios)
vencedores:
-¿Qué queréis,
Hijitos mios,
de premio?
Y todos repodieron:
-¡El sexo, el sexo!
-Aunque tengas que cortarnos
las alas...


Tempero dijo...

Dicen los entendidos que con el sexo se ven las estrellas y, ¡como no!, el vuelo es cosa segura.
Por cierto, ¿conoces a ese ángel desconocido de Alberti?

Un abrazo, Josep.


EL ÁNGEL DESCONOCIDO

¡Nostalgia de los arcángeles!

Yo era...
Miradme.
Vestido como en el mundo,
ya no se me ven las alas.
Nadie sabe cómo fui.
No me conocen.
Por las calles, ¿quién se acuerda?Zapatos son mis sandalias.
Mi túnica, pantalones
y chaqueta inglesa.
Dime quién soy.

Y, sin embargo, yo era...


Miradme

Anaís dijo...

Gracias a ti he descubierto a Olafur Arnalds; te estoy muy agradecida. Es una música muy estimulante, sobre todo esta pieza, "Near light".

Quizá, en algún momento, todos sentimos anhelos de volver al nido. Antonio Gamoneda tiene poemas espléndidos sobre la figura de la madre, el universo tangible de la madre, el mundo cotidiano de cosas y olores... Por ejemplo, jamás, jamás, olvidamos el olor de nuestra madre.

Ese es el nido. Volver a casa, al origen, al refugio: This place is a shelter...