Siempre hay algo que cruje, algo que empuja, algo que precisa ser observado. La sensación de que alguien alberga algo, o de que algo siempre alberga alguna cosa.
Éste caballo sí que sabe lo que es la vida, Tempero!. Sólo las almas libres pisan la nieve con vestido de baile. Preciosa esta imagen, como así también el lomo reluciente de este caballo de madera que brioso va por la vieja Castilla.
Manuel Lledó El día 10 de noviembre hace un año que Manuel Lledó se mudó a su nueva morada: a esa parcela luminosa que llevaba años pintando y, de alguna manera, anhelando.
Se cumple un año y se cierra el primer ciclo natural completo con todos sus días y sus noches, sus lunas y sus estaciones sin él. Días de frío y calor. Noches de luna y de hielo. Han salido las flores y no han oído su voz saludándolas, se han teñido las hojas y no ha estado él para enamorarlas. La luna le ha buscado en sus pasos y el rumor del aire, en su aliento. Manuel ya no está con nosotros pero supo quedarse para animarnos a contemplar y a saborear la vida.
Las personas que, de una forma u otra, participamos de su vida os convidamos a todos y a todas los que formáis parte de su universo a encender una estrella (puede ser una vela) y a que toméis una copa el día 10. De esta forma celebraremos el placer de tenerlo.
(Pasa este mensaje a todas las personas que creas que le pueda interesar)
2 comentarios:
Éste caballo sí que sabe lo que es la vida, Tempero!.
Sólo las almas libres pisan la nieve con vestido de baile.
Preciosa esta imagen, como así también el lomo reluciente de este caballo de madera que brioso va por la vieja Castilla.
Manuel Lledó
El día 10 de noviembre hace un año que Manuel Lledó se mudó a su nueva morada: a esa parcela luminosa que llevaba años pintando y, de alguna manera, anhelando.
Se cumple un año y se cierra el primer ciclo natural completo con todos sus días y sus noches, sus lunas y sus estaciones sin él.
Días de frío y calor. Noches de luna y de hielo.
Han salido las flores y no han oído su voz saludándolas, se han teñido las hojas y no ha estado él para enamorarlas.
La luna le ha buscado en sus pasos y el rumor del aire, en su aliento.
Manuel ya no está con nosotros pero supo quedarse para animarnos a contemplar y a saborear la vida.
Las personas que, de una forma u otra, participamos de su vida os convidamos a todos y a todas los que formáis parte de su universo a encender una estrella (puede ser una vela) y a que toméis una copa el día 10.
De esta forma celebraremos el placer de tenerlo.
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