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Adormideras I
Se me ocurre
atarme
al pecio
donde navegar
aún
es posible.
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Siempre hay algo que cruje, algo que empuja, algo que precisa ser observado. La sensación de que alguien alberga algo, o de que algo siempre alberga alguna cosa.
2 comentarios:
"ato la voz a un sinfín de albatros..."
Ahora que no nos oye nadie: ese poema y susurro nos dio mucho. Nunca imaginé…
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