Desde esta cornisa
el mar está hoy desigual,
desencajado en su orilla,
virtuoso en su centro. En su fondo,
la línea se mantiene censurada
por la bruma. El mar hoy
está picado de protesta y
su sal es más ligera que nunca.
Hoy el mar es delirio de lava,
marcada por su sed.
El mar no se doma.
Todo lo nutre, a mi mente
que hoy trata de retenerlo en su molde.
El mar esconde también su truco:
la calma. Como la mano
cuando acaricia. La mano
y el mar nos hacen ser uno,
ser sal.
Pero hoy actúa el mar,
fuera de truco. Dice de sí
toda su grandeza, la que
en la mano es imposible.
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2 comentarios:
Ingresar en este poema es como irse a otro mundo paralelo. La imagen que proyectas es clara y nítida. Me gusta, me gusta...
Más, más, más, por favor :-)
Mirada noble:
Más abrá. De sí da la naturaleza, tanto para callarse como para achicarse frente a ella con apenas cuatro palabras.
Milleiros.
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