Voy a entrar en el mundo de los microrrelatos como quien traza una línea firme sin regla. Ahora, de esta línea ya no soy yo responsable. Que cada uno la atraviese como pueda, en zig zag, de frente, por el costado, descalzo o en zapatillas de paño. Lo dejo con la salud colmada a la espera de que lo desgasten o lo engrosen o lo desvistan:
Importa que los saltamontes salten: habremos decidido sobre los rascacielos.
viernes, 27 de noviembre de 2009
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7 comentarios:
Manuel, quizás juegue con ventaja por lo que te conozco. Ya que no me habías hablado de ese micro, te diré que me lleva a ciertos pasajes de Poeta en Nueva York, de Lorca. Pero hoy te dejo este poema de nuestro admirado Berger. No sé porqué, pero conecta con tu micro. Bueno, creo que sé porqué.
El bosque que conocí
dejadme morir así
las ramas tienen músculos
…… las colinas se levantan
la nube se vierte
…… en una taza
en el bosque
han comido los jabalíes
están confortablemente calientes
y soñolientos
cada claro está grabado
…… en una pantalla que llevo
enrollada como una tela
…… en la cabeza
una sábana
…… extendida sobre
……….. los ojos de los muertos
excluye la mirada del mundo
en la tela
…… desenrollada
sigo su rastro
…… en el bosque que conocí.
Los mochuelos
cenaron
saltamontes.
Los rascacielos
lloran.
Desmedido dolor...
Los micro de una frase, me parecen el misterio mayor de la literatura, y me atraen como un precipicio al que se teme.
Estoy totalemente de acuerdo:
Prefiero que la hierba crezca para contemplar mejor a los azores.
Un abrazo.
Sofía, claro que juegas con ventaja. Sabes de mis tensiones del campo frente a la ciudad. Claro que en Poeta en Nueva York hay muchas referencias a los rascacielos y a las raíces. Por ese poema de Berger no había pasado y creo que sí penetra en el micro puesto que en la medida que los saltamontes salten significará la clara existencia de vida natural, vida que, desgraciadamente, para muchos ya es recuerdo.
Besos.
Josep María, en principio que los mochuelos coman saltamontes sería un claro indicador de la existencia de ambos. Y lo que harían los rascacielos -y te corrijo- sería reír: ya no tendrían competidores en altura.
De todos modos, por los tiempos que atravesamos hoy día, las deforestaciones y el etcétera agobiante que sufre el campo claro está el desmedido dolor. Acierto el tuyo, como tantos.
Amando:
tu hierba me ha llevado a 'El guardián entre el centeno' de Salinger. Hermosa novela de protesta e inconformismo.
Y hermosa vista tuya sumergidos en la hierba.
Abrazos.
Claro, Tempero, los saltamontes en el duro asfalto se romperían las patas, por muy buenos amortiguadores que tengan.
Besos saltones
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