Motivado o no por la anterior entrada, lo cierto es que este microrrelato ha surgido:
Al romper su saco vio cómo y cuánto lloraban sus enemigos.
Acotaciones innecesarias:
Piénsese que no se le rompió.
A uno le acuden, normalmente, más amigos que enemigos.
De llorar hay muchas formas. También hay lágrimas secas.
miércoles, 16 de diciembre de 2009
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25 comentarios:
Tú ya lo dices Te
si un microrrelato necesita acotaciones es que son innecesarias o que no es un micro auténtico...
besos rancheados
Otra acotación antes de que se le ocurra a cualquiera:
Al llenar su saco vio cómo y cuanto se alegraban sus enemigos.
Pili: un microrrelato estalla, aunque esté cerrado y bien cerrado. Las acotaciones no son sino provocaciones necesarias, o al menos, así creídas por mí, que todo hay que decírtelo, Ranchera.
Si la obra literaria tiene algo tremendo es que admite interpretaciones de los lectores, mejor dicho, re-creaciones.
Y por lo que se ve, las re-creaciones aumentan de modo inversamente proporcional al tamaño del texto... ¿O es directamente a su calidad...?
Yo, por si acaso, me quedo del lado de los amigos. Y me parapeto, porque ese saco me transmite la sensación de algo explosivo, con peligrosas esquirlas en forma de palabras. O notas musicales.
Me gustó mucho.
Sole
Deacuerdo con Amando, para muestra el famoso dinosaurio de Monterosso. Creo que lo mejor del microrelato es esa rendija por la que cabe cualquier interpretación. Textos veleta que cambian de dirección según el viento que los impulse...
En todo caso, gracias por este minúsculo retal literario
No es por crear polémica, Alicia, pero creo que opinamos lo mismo, por tanto no podemos estar en desacuerdo. Dije, o quise decir, que cuanto más corto es un micro, si encima es tan bueno como éste, da más opiciones a la re-creación del lector, que es donde, a mi modo de ver, reside una de las mejores cualidades de lo literario.
Abrazos.
De nuevo, aquí me tienes,
tras un forzado reposo.
Se estropeó el disco duro.
Me lo ha reparado a medias,
pues han cambiado el programa de audio y ahora no puedo escuchar las canciones.
Dicen que lo solucionarán pronto...
Sí puedo leer tus relatos.
Disfruté, especialmente, el micro de los ochenta y dos amigos.
No quiero ver llorar a enemigos...
Exageras, Amando, más bien hablaría de la sutileza, de lo subrepticio de una obra literaria y no de lo tremendo -esa palabra hasta casi me asusta.
Hay obras que han generado más ensayos que la obra en sí, pero ya sé que tú no me hablas de esas recreaciones. Sería el equivalente al postgusto de un buen aceite o magnífico vino.
Mejor directamente proporcional a su calidad.
Sole: ¿perteneces a la clase trabajadora? ¿Sí? Entonces considérate amiga. A uno le propinaron la bofetada de la ilusión y todavía no se ha curado de ella.
Y sí, algo explosivo podía tener el saco, tal como estas preciosas palabras -no sé si peligrosas:
En medio de mi inorancia
conozco que nada valgo;
soy la liebre o soy el galgo
asigún los tiempos andan;
pero también los que mandan
debieran cuidarnos algo
José Hernández, MARTÍn FIERRO
y también estas reivindicativas notas musicales:
Trabajadores al poder
Alicia, ¿Por donde sopla hoy el viento? La veleta apunta favorable hacia el campo, suroeste, pero ayer también soplaba favorable para el necesario parón vegetativo? Además La Veleta es una hermosa colección de la prestigiosa y literaria editorial Comares: coleccion prosa/poesía de La Veleta
Fíjate si da información un retal literario.
Amando, mira que te lo tomas a pecho, bien hecho, pero echo de menos una interpretación del micro. ¿Con qué se escribe, con 'h' o sin ella?
Por ahora no habéis creado polémica. Decís lo mismo, pero con distinto viento.
Abrazos.
Josep María: arregla pronto el audio.
Aquí nos tenemos. ya echaba de menos tus prospecciones. Espero que estés bien. Te remito al tema que dejé en la contestación a Sole.
Dices que no quieres ver llorar a los enemigos. Bien podría ser la continuación del micro esa frase en suspensiva. Quizá un enemigo es difícil que llore, quizá siempre dependamos de los poderosos, quizá éstos no sepan que tienen muchos enemigos, quizá no debiera existir el enemigo...
Abrazos, amigo.
Amando, efectivamente opinamos lo mismo, solo que mi teclado me gastó una mala pasada y omitió el espacio que separa De y acuerdo. Qué cosa curiosa, no? Con esto de los espacios sucede como con las comas, que cambian el sentido según donde las pongas. Como decía Cortázar "la coma, esa puerta giratoria del pensamiento". Un abrazo
Tu teclado, Alicia, puede omitir un espacio más añadir una 's' gratuitamente, pero no lo hiciste y se daba por entendido tal y como, en aclaración, has prolongado en un nuevo comentario.
Y como decía Cortázar de la coma,(valga la redundancia), también dijo de las instrucciones para llorar:
'Duración media del llanto, tres minutos'.
P.d. Me temo que los enemigos del microrrelato duraron más. Y lo sé por ser yo el poseedor del secreto. El secreto es lo único que no se revela en el microrrelato. Vamos que el microrrelato es como el secreto de un sumario sumarísimo.
Abrazos.
¿Y decidió meterse de nuevo en el saco? Yo lo hubiera hecho…no me gusta ver llorar a nadie.
Un abrazo.
¿Qué necesidad hay de cargar con el saco de los enemigos?
Para verlos llorar cuando se rompa?
Tempero, prefiero andar, como se recordó ayer,ligera de equipaje, ta sólo con besos para los amigos.
Pepe: a ver si me entero, que esto está adquiriendo tinta de novela negra. Puede que al protagonista lo tuvieran metido en el saco. Pero no, así que la posibilidad de meterse de nuevo la descarto. Pero si así hubiese ocurrido, de haber sido yo el protagonista, por una carrera rápida me hubiera decidido y a llorar quien quiera.
Por donde más va el micro es por ser el protagonista el hombre del saco, pero no el que se lleva a los niños.
Abrazos.
P.D. Te contaré los pormenores del viaje a Córdoba que, al final no estiré a Sevilla.
Isolda: caliente caliente. Eres la última en comentar y juegas con ventaja. Desde luego, si rompe el saco es porque sabe que algo valioso tiene y que sus enemigos aprecian con fruición.
Decide ir, desde luego, ligero de equipaje-saco, no depender tanto de su contenido y provocar un lloro (metafórico) en sus enemigos.
Creo que ya no voy a dar más pistas.
Beso amiga y esta malagueña para disfrutarla:
A un sabio le pregunté
Que yo sigo con mi pena
deja que ría el mundo
que yo sigo con mi pena
cuando me toque reír
el mundo tendrá las penas
que a mí me hacen sufrir.
Ay, a un sabio le pregunté
por los misterios de este mundo
ay, a un sabio le pregunté
y el sabio me ha contestao
ay, por diós no quieras aprender
lo que la vida me ha costao.
Los vellos de punta, Tempero. Gracias.
Vaya cantaores que a dao La Puebla de Cazalla, Diego Clavel, José Meneses, Miguel Vargas, La Niña de la Puebla...
Qué doló de pueblo,
lo que ha sportao,
golpes y golpes
y más golpecitos
en el mismo lao.
José Meneses
sí señor, afilado y coherente.
Jordim:
Aún se le podría sacar más punta, pero parece ser que nadie quiere relatar sobre lo relatado.
Vale, Tempero, empiezo:
Porque no sabían que los sueños estaban fuera.
Con el tiempo, puesta la debida distancia, uno ve con más tranquilidad los sucesos pasados y su relación con el presente.
Y sí, los enenmigostambién lloran: PAQUITA
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