viernes, 1 de enero de 2010
Microrrelato 6: El café
Teresa es esa señora. Tiene acumulados junto a su mesa de cobrar muchos libros de la colección Austral. Ella es la dueña del Hostal-Restaurante 'Casa Tere', situado en la mitad del puerto de los Leones. Aún sigue en activo. Despacha cafés a primera hora. Sus uñas permanecen intactas, bien pintadas de rojo y largas.
En un bolsillo tengo mi poema. Es un trozo de papel por el que pasó una novela mientras esperaba el café.
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16 comentarios:
Es un trozo de papel por el que pasó -toda- una novela, de su sombra queda tu poema.
...
Puerto del León -león que está allí mismo, sólo y uno-.
¿Recuerdas que lo llamaron Los leones en "homenaje" a las tropas "golpistas" y el "coraje" demostrado para "tomarlo" -batallas de la sierra de Guadarrama-... "lucharon como leones" ¡eso dijeronellos!.
Besos y airado día: PAQUITA
Esa novela podría ser la crónica de un instante o toda una vida. En cualquier caso, mucha intensidad concentrada en una breve espera y en un micro.
Seguro que los cafés de Teresa estan bien "tirados". Lo digo por lo que observo en esos dos vasos de cristal.
Los buenos poemas son así:
como un papel sobre el que se deslizan novelas.
Igual les pasa a los buenos microrrelatos como éste.
Feliz año.
Si son éstas sus ascuas, vendrán hermosas hogueras.
Un abrazo y un año de buenos deseos.
Un poema
en un papel.
En unas manos.
En una mirada.
En un instante.
Un poema
en la perseverancia
de hacer
un buen café
solo.
Un poema.
Toda una vida.
Manuel,
En este micro liquidàs el tiempo. Es perfecto. El lector , al menos eso me pasa a mí, queda atrapado en ese lapso de pocas frases que tanto resumen. No nos dejás otra salida que volverlo a leer, y releer y releer...
besos desde Tandil (acá hay buenos chacinados, no como los de ustedes, pero buenos al fin).
Sole
Guardo en mi zurrón este microrrelato como un pájaro herido. Si pudiera volar en este instante lo haría a una mesa cualquier de Casa Tere, la nieve fuera, las voces cotidianas y humeantes dentro. Un café (¿de achicoria?) y tus letras disolviéndose como azúcar, dejando poso. Un abrazo cálido
Tengo los ojos para enterrar. ¿Cómo no había visto esta entrada?
No sé, el caso es que me encanta.
Porque intuyo que quizá hubiera una triple influencia.
A lo mejor el gran narrador tiene que escribir algunos versos.
Sí, Paquita, aún quedan como recuerdo muchos nidos de ametralladoras de aquella incivil guerra. Muchos ya están camuflados entre los pinares. Peo lo peor de todo ya sabes, la pétrea altura del catolicismo de granito. ¡Anda que no da para novelas cada historia de esfuerzo obligado que allí se libró!
Besos desde la sierra de Guadarrama.
Shandy: ¿te das cuenta desde que se siembra el café hasta que se recoge, se extiende, se tuesta, se procesa, lo hacen y te lo tomas? Toda una novela topográfica cada vez que te tomas un café. Y ya sabes, un café dura muy poco tiempo. Está su paladeo. Buen café el de Teresa, sí, observadora. El poema me lo reservo. La novela bien pudiera ser la correspondencia de dos amantes durante 8 meses, por poner una fecha.
Besos.
Sí Ybris, pero ya me gustaría que no se me deslizasen tanto las novelas y que se afianzaran, anclaran un poquito más. Envidia le tengo a la palabra/encuentro poético, pero a la novela le tengo ganas.
Abrazos.
Virgi: ¡la leña! No te olvides de atizar la lumbre como 'atizas' a los cuadros.
Besos.
Josep María: pesco de tu hermosa andanada de palabras la que hace referencia a la perseverancia como forma de convivir incentivándose uno mismo.
A ver qué nos sale.
Abrazos.
Sole:
Lo mío es de una vagancia llevada a lo exhausto. Porque en vez de inventarme una novela la resumo en un poema. Mejor dicho, cojo la alquitara y os dejo un irrelevante micro. Lo que no precisé aún es el tiempo que llevaba el papel en el bolsillo.
Quedas invitada, cuando vuelvas a España, a un buen jamón, de los que una sola lasca encierra un sabor de treinta y seis meses y unos cuantos andares del cerdo por la dehesa.
Un buen jamón sí es un buen relato.
Alicia:
Guarda en el zurrón un buen pedazo de queso, que el vino lo pongo yo. Deja volar al microrrelato que para eso está. Y a casa de Tere se llega sin volar. Hacia el kilómetro cincuenta y tantos de la nacional VI.
El abrazo cálido y echándose a volar, por supuesto.
Amando:
El aroma del café despierta. Sí, de acuerdo, todo gran narrador debiera escribir algunos versos. Pero lo que sí son interesantes son las novelas que escriben los grandes poetas. Suelen ser novelas fantásticas. Te recomiendo 'El novio del mundo' de Felipe Benítez Reyes.
Abrazos ya reales, paisano.
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