Aspirar el azul durante todo nuestro periodo de ojos. Ese azul que tan sólo huele a eso, a vegetal de cielo. Días después, lo que está seco hervirá. El clima de nuestra piel también es azul.
Azul, tan de parte de ser todo.
Siempre hay algo que cruje, algo que empuja, algo que precisa ser observado. La sensación de que alguien alberga algo, o de que algo siempre alberga alguna cosa.
1 comentario:
Querido Manuel, ya me dejaste tocada con Envío, esa serie que como hormiguita vas creando de Poemas y Susurros; aprendí como siempre con Epitafo de Savia, pero ya me atravesate el corazón con Ortigas; eso por no hablar de los palos que nos has dedicado, de Chano Domínguez. Al parecer, quieres tocar la última fibra con ese azul espléndido a juego con ese impresionante blues, que consigue tansmitir el silencio más grande, aunque pareza una contradicción. Con la boca abierta me dejas, por tu poesía y tu trabajo tan prolífico.
Besos, una vez más, admirados.
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