Brama intemperie el limonero,
codicia de calle, viento decidido.
Hablo de ti
por ser tú del tiempo del fuego,
cuando la tierra aún era
animal sostenible.
.
Siempre hay algo que cruje, algo que empuja, algo que precisa ser observado. La sensación de que alguien alberga algo, o de que algo siempre alberga alguna cosa.
9 comentarios:
Un fantástico poema.
Není
Es preciosa esta foto Manuel, el limonero desencajado, desenfocado, como toda intemperie.
Pareciera que ayer en tu retina quedaron grabadas las imágenes de Manuel Vilariño, para posarse y atrapar en verso este instante.
Není, reitero mi pregunta:
¿Y qué le hace a un poema ser fantástico?
Ten cuidado que hay poemas fanáticos. Luzbel nos libre de ellos.
Besucos.
Inés, tu juegas con demasiada ventaja. Me ves hacer la foto, hablamos de la exposición de Vilariño (extraordinaria, por cierto), te hable de ese limonero. Pero tengo muchas palabras en la reserva: muchas son las que componen los poemas que sólo yo sé a que ecosistema pertenecen.
Besos, Negra.
Lo que son las cosas,observo la imagen y viene a mi memoria versos de nuestro poeta Andrés Eloy Blanco.
(...)
En el corral está sembrado,
junto al muro, junto al portón,
y por encima de la tapia
hacia la calle descolgó
un gajo verde y amarillo
el limonero del Señor...
Cuentan que en Pascua lo sembrara,
el año quince, un español,
y cada dueño de la siembra
de sus racimos exprimió
la limonada con azúcar
para el día de San Simón.
(...)
EL LIMONERO DEL SEÑOR
Leyenda Caraqueña.
Abrazos.
Supongo que esperas una respuesta, pero tampoco estoy muy segura, la dinámica de estas cosas, no siempre la entiendo.
Que un poema sea fantástico sólo puedo contestarlo desde mi propia ignorancia, no desde el conocimiento del sesudo literato.
Mi medidor esta en las tripas, y lo sé cuando me pellizcan de esa manera que ellas saben
cuando uno escribe hace tanto tiempo.
Lo de poemas fantásticos y fanáticos no le encuentro correlación, pero si la ves, cuenta cuenta, que me encanta aprender, de sobra lo sabes.
¡Y jos, si no me hablas de Dios no me mentes al antagónico, oñis!
-no si al final te daré un coscorrón.
Besucos,
Není
Desde un cálido interior, contemplo la temblorosa luz de un limonero agitado por el "viento decidido".
Agua del limonero
agua del limonero
si te acaricio la cara
tienes que darme un beso...
Muy poético ese instante de temblor y luz.
Va mi beso con agua de primavera, que por fin han llegado las lluvias de marzo en abril.
A todos nos conmueve la dignidad del limonero, su tronco delgado aguantando con estoicismo la inclemencia de la intemperie. Un patio se siente menos solo si lo habita un limonero.
Una imagen francamente hermosa. La ventana contempla con devoción la silueta del árbol; el cristal tiene un pensamiento, abraza un sueño.
Muy acertados los dos últimos versos:
cuando la tierra aún era
animal sostenible.
Publicar un comentario